El Adviento
Etiquetas: BASICO,A,Saber sobre,Church Forum www.churchforum.org,Redacción Church Forum,Adviento
ImprimirEnviarPDF
Celebración: Domingo, 29 Noviembre, 2009 - Jueves, 24 Diciembre, 2009
El Adviento
La Iglesia, para comenzar el año litúrgico, celebra la llegada de Cristo con los hombres con una gran fiesta a la cual llamamos Navidad. Esta fiesta es tan importante para los cristianos que la Iglesia, antes de celebrarla, prepara a sus hijos durante el período conocido como Adviento. Ya desde tiempos remotos la Iglesia acostumbra tener esta preparación.
La palabra Adviento, como se conoce este periodo, significa "llegada" y claramente indica el espíritu de vigilia y preparación que los cristianos deben vivir. Al igual que se prepara la casa para recibir a un invitado muy especial y celebrar su estancia con nosotros, durante los cuatro domingos que anteceden a la fiesta de Navidad, los cristianos preparan su alma para recibir a Cristo y celebrar con Él su presencia entre nosotros.
En este tiempo es muy característico pensar: ¿cómo vamos a celebrar la Noche Buena y el día de Navidad? ¿con quien vamos a disfrutar estas fiestas? ¿qué vamos a regalar? Pero todo este ajetreo no tiene sentido si no consideramos que Cristo es el festejado a quien tenemos que acompañar y agasajar en este día. Cristo quiere que le demos lo más preciado que tenemos: nuestra propia vida; por lo que el período de Adviento nos sirve para preparar ese regalo que Jesús quiere, es decir, el adviento es un tiempo para tomar conciencia de lo que vamos a celebrar y de preparación espiritual.
Durante el Adviento los cristianos renuevan el deseo de recibir a Cristo por medio de la oración, el sacrificio, la generosidad y la caridad con los que nos rodean, es decir, renovarnos procurando ser mejores nuestra vida para recibir a Jesús.
La Iglesia durante las cuatro semanas anteriores a la Navidad y especialmente los domingos dedica la liturgia de la misa a la contemplación de la primera "llegada" de Cristo a la tierra, de su próxima "llegada" triunfal y la disposición que debemos tener para recibirlo. El color morado de los ornamentos usados en sus celebraciones nos recuerda la actitud de penitencia y sacrificio que todos los cristianos debemos tener para prepararnos a tan importante evento.
La familia como Iglesia doméstica procura reunirse para hacer más profunda esta preparación. Algunas familias se unen para orar en torno a una corona de ramas de hojas perennes sobre la cuál colocan velas que van encendiendo cada domingo. En otros lugares se elabora un calendario en el cuál se marcan los días que pasan hasta llegar al día de Navidad. En algunos países como México familiares y amigos se reúnen para celebrar las Posadas rezando el rosario, recordando el peregrinar de María y José para llegar a Belén. En todas estas reuniones el sentido de penitencia y sacrificio se enriquece por la esperanza y el espíritu de fraternidad y generosidad que surge de la alegría de que Dios pronto estará con nosotros.
Escuchando la voz de Jesús, dejándolo todo , lo siguieron. Lc 5,11
martes, 15 de diciembre de 2009
sábado, 14 de noviembre de 2009
viernes, 13 de noviembre de 2009
Acordaos
ACORDAOS
Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María!,
que jamás se ha oído decir que ninguno
de los que han acudido a vuestra protección,
implorando vuestra asistencia y reclamando
vuestro socorro, haya sido desamparado.
Animado por esta confianza, a Vos también acudo,
¡oh Madre, Virgen de las vírgenes!,
y gimiendo bajo el peso de mis pecados
me atrevo a comparecer ante vuestra presencia soberana.
¡Oh Madre de Dios!, no desechéis mis súplicas,
antes bien, escuchadlas y acogedlas benignamente.
Amén.
Dios te salve...
Salve
Dios te salve, Reina y Madre de Misericordia,
vida, dulzura y esperanza nuestra, Dios te salve.
A ti clamamos lo desterrados hijos de Eva.
A ti suspiramos gimiendo y llorando en este valle de lágrimas.
¡Ea! pues, Señora abogada nuestra,
vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos
y después de este destierro, muéstranos a Jesús,
fruto bendito de tu vientre.
Oh clemententísima, oh piadosa, oh dulce Virgen María.
Ruega por nosotros Santa Madre de Dios, para que
seamos dignos de alcanzar las promesas de Cristo.
Amén.
Oración a la Virgen
OH SEÑORA MIA, OH MADRE MÍA
Oh señora mía, oh madre mía, yo me ofrezco enteramente a tí. En prueba de mi filial afecto te consagro en este día, mis ojos, mis oidos, mi lengua, mi corazón, en una palabra, todo mi ser. Ya que soy todo tuyo, oh madre de bondad, guárdame y defiéndeme como cosa y posesión tuya. Amén.
jueves, 12 de noviembre de 2009
miércoles, 4 de noviembre de 2009
Mes de María
A ejemplo de la Sma. Virgen María, debemos guardar en lo más íntimo de nuestro corazón, sentimientos de bondad hacia todos.
Aprendamos de la Virgen María a amar las humillaciones. Aprendamos a recibir a Jesús que tan a menudo viene a nosotros en la persona del prójimo.
Que la Sma.Virgen María sea mi guía. Que yo sea una verdadera hija de María Inmaculada.
El fundamento: la fe.
La primera manifestación notablemente carismática nos narra la Madre Pau¬lina misma en su autobiografía: “Me sobrevino una grande escrupulosidad; terribles tentaciones contra la fe me atacaron, pero la gracia de Dios me sostuvo; en una no¬vena fui librada casi milagrosamente de la escrupulosidad, y después de los mortificantes combates contra la fe, Dios, en su bondad, llenó mi alma con una luz tan clara, que sólo puedo definirla con la palabra: don de la fe. Era éste un sentimiento y una luz que me hicieron creer cada articulo clara y distintamente, de manera que antes habría desconfiado de mis propios ojos que de esta viva luz. Dios permitió estos combates interiores para, mi bien y experiencia, y para que, más tarde, en la dirección de otras, tuviese una sincera compasión con sus penas interiores”. (Autobiografía., p. 5)
¡Don de la fe! Es la virtud básica de la vida cristiana y más aún de la vida religiosa. Toda la vida y todas las virtudes de la Madre Paulina tienen su fundamento en la fe. Esta es la luz que la guía hasta en los menores detalles. De esta fe nació su obra. La irradió a sus Hermanas; estamos tentadas a decir que la transmitió y la contagió a. sus Hermanas por su ejemplo luminoso. En el fondo es el impuso y el dinamismo del carisma que al releer las viejas crónicas de las casas nos hace exclamar: “¡Qué fe han tenido estas Hermanas!”
Muerte de su madre: Nostalgia del cielo.
17 de agosto de 1834: muerte de su madre. Un nuevo hito en el camino de su ascensión. Ha vivido muy de cerca la majestad de la muerte, lo fugaz y transito¬rio de esta vida: “La pérdida de mi madre despertó en mí el deseo del cielo, adonde ella me había precedido; suspiraba por el tiempo en que la muerte destruiría el muro que separa este mundo del otro”. Este deseo de la muerte para ir al cielo no es natural en una joven de 17 años, deseosa de vivir. El carisma no está atado a las leyes de la naturaleza, como Dios también está por encima de ellas. Es la primera manifestación de una nostalgia del cielo, de estar con Dios, que crecerá con el tiempo. Se hará luz y fuerza que iluminará sus oscuridades y la armará de coraje y esperanza. Su vida será toda una confirmación y una documentación de lo que el Concilio Vaticano II ha dicho en la Constitución Lumen Gentium sobre la índole escatológica de la Iglesia peregrinante y su unión con la Iglesia celestial.
Aprendizaje
También en lo externo la muerte de su madre contribuyó notablemente a pre¬parar a la Fundadora, la Superiora y ama de casa. Debe dirigir la casa, enseñar y supervisar a los empleados, vigilar la cocina y las provisiones y reemplazar a la Señora de la casa en las frecuentes reuniones sociales que gustaban al Señor von Mallinckrodt y acompañarlo en sus paseos y viajes. En éstos se ha impuesto, “como una ley, el hacerlo siempre con afabilidad, fuese o no de mi agrado, a fin de que la obra agradara a. Dios”. Aquí están las raíces de aquella amabilidad afable que cautivaba a todos y le conquistaba todos los corazones.
Todas las obras de Dios son obras de amor. ¡Cuánto aprendió Paulina en este tiempo en conocimientos prácticos de los mil pormenores de la dirección de una casa! Nos asombramos al ver en sus cartas el enorme caudal de saber respecto a 1a casa, su arreglo y conservación, sobre la cocina y el establo, el cuidado de la ropa, de los enfermos y del jardín, dando hasta recetas de cómo exterminar topos y chinches. Parecería que hubiese trabajado como aprendiz en todos los oficios. Es admirable cómo Dios va preparando su instrumento. (Cf. Carta a Hermann 11.3.1872. T. 14, p. 169)
Gran renunciamiento. Adiós al amigo.
Un año más tarde: 1835, año de su confirmación. Allí encontramos otro acontecimiento en la vida de Paulina que marcó definitivamente el rumbo de su cami¬no: un gran renunciamiento. Aunque el carisma es un don gratuito de Dios, sin embargo, este acto heroico es algo así corno el precio del carisma, en al sentido de que esta generosidad de Paulina y su obediencia a la Iglesia movió el corazón de Dios pera derramar sobre ella la abundancia de sus gracias.
El amor humano había entrado en el noble corazón le Paulina. Dada la importancia de este episodio que causa una profunda transformación en ella, escuchemos su propio relato. Lo escribe cinco años más tarde a su antigua maestra Luisa Hensel, con una vivacidad de sentimientos que nos hace comprender todo el drama interior que estaba viviendo: “En 1830, siendo yo aún una niña de unos trece años, uno de mis primos fue trasladado a Aquisgrán. El venia mucho a mi casa paterna. Era un hombre serio, de edad ya madura, pero protestante. Todos nosotros, los niños, lo queríamos mucho, y a. mi no se me ocurrió, ni en sueños, que es¬te sentimiento de cariño pudiera ser el principio de una inclinación que ejerciera una influencia tan poderosa sobre toda mi vida. C. (Cofrane) me dejó tranquilamente en mi espontaneidad inocente. Pero cuando volví de Lieja, siendo ya grande, noté bien que él me quería muchísimo. Mas había oído decir siempre a Ud. que la Iglesia reprueba el matrimonio con protestantes, por consiguiente, yo tampoco lo quería. Pero, inadvertidamente, mi inclinación crecía; mis ideas respecto a este punto empezaron a ceder y yo, con toda seguridad, hubiera dicho que “sí”, a no ser que el buen Dios no hubiera velado sobre mí con amor especial. En este asunto debo agradecer muchísimo a Berta von Hartmann. En aquel tiempo ella fue para mí una muy fiel amiga. A pesar de mi íntima inclinación hacia C. ella me di¬suadía constantemente de esta unión, pero lo hacía con tanto cariño y miramiento que le conservé la mas completa confianza. Por otra parte, yo misma comprendía cuán esencial es que en la santa e indisoluble unión matrimonial no exista diversidad de opinión en el punto más importante. Cuanto más seriamente consideraba los deberes de esposa y madre, tanta más claridad adquiría a este respecto; me vi envuelta en una lucha contra todos mis sentimientos: lo que el entendimiento com¬prendía, rechazaba el corazón. Además, esta inclinación mía era contraria a los deseos de mi padre, en parte por circunstancias externas. Una tempestad terrible agitaba mi corazón; no podía y no podía resolverme a decir “Adiós” al amigo”.
“En aquel tiempo - l835 - recibí el sacramento de la Confirmación, y unos ocho días más tarde, Dios me dio fuerza para decirle “Adiós” Este hecho qui¬siera señalarlo como una nueva etapa en mi vida, y es admirable cuán benéficamen¬te influyó en mi ánimo, como nunca me lo hubiera imaginado. Mi resolución debía ser cumplida, en esto no titubeaba.; pero yo creía que su ejecución me costaría muchos embates conmigo misma; por eso ¡como me admiraba de la tranquilidad que había en mí después de semejante tempestad! No puedo explicar mejor aquel estado que de la siguiente manera: Con toda mi alma y con juvenil entusiasmo había que¬rido a C., quien me cautivaba por su seriedad y su gran corazón. Al renunciar a él, también había roto los lazos que me encadenaban a lo restante del mundo. Dios quiso compensar este sacrificio con una paz interior como nunca, hasta entonces, había conocido. Más y más me desprendía de todo lo que me rodeaba y encontré en Dios completa satisfacción del alma. Una nueva vida surgía en mí, quisiera decir una vida superior, y no quisiera cambiarla más por la anterior. Permanecía activa y llena de interés por el mundo exterior. Con la paz en el alma y despreocupada de mí misma, podía cuidar tanto mejor de otros, y era una alegría para mí dedicar mi amor y mi solicitud a los pobres, a los miembros de Cristo. Se despertó en mí un inmenso deseo de ser Hermana de Caridad”. (Carta a Luisa Hensel del 7.7.1840. T. 1. , p. 72)
El relato, en su transparencia y sencillez como en su realismo psicológico, es un himno al amor humano y al amor divino. Nos hace percibir la calidad del corazón de Paulina, su riqueza y calidez. El dolor del desprendimiento está en proporción a su amor. Participamos de su lucha, sufrimos con ella. El temor ante una existencia frustrada nos tiene en suspenso, quisiéramos ver satisfechas sus ansias de felicidad y amor, según el cálculo humano. Por otra parte, la voz de la conciencia, expresada por la voz de su maestra y de sus amigas, es continua e insistente. En el abismo de su impotencia experimenta la fortaleza de Dios. El cambio en Paulina es un ejemplo hermosísimo de los efectos del sacramento de la Confirmación. El Espíritu Santo interviene admirablemente para resolver el dilema ante la encrucijada. El desprendimiento toca lo más hondo de su ser, pero es total, terminante, definitivo. Dios paga y premia a lo divino: la paz de Cristo y su alegría pascual inundan el alma de Paulina: es el cáliz lleno de amor que se desborda. Renunciando a un amor exclusivo, se dispone para un amor universal, exponente y prueba de su único amor único Amado de su corazón: Cristo.
La llama encendida en Cristo arde ocultamente en el corazón de Paulina. Por afuera parecería que nada había cambiado: siempre amable, condescendiente y alegre, cumpliendo concienzudamente sus deberes de hija, hermana y ama de casa.(Carisma- Hna.Ma.Alberta Wessner)
domingo, 25 de octubre de 2009
Holywins", le pone luz a la fiesta pagana de Halloween
Buenos Aica, 21 Oct. 09 (AICA)
Buenos Aica, 21 Oct. 09 (AICA)
La arquidiócesis de París, Francia, convocó hace años a celebrar “Holywins” (“la santidad gana”), un juego de palabras contrapuesto a la fiesta pagana de Halloween, del 31 de octubre, para testimoniar la fe y la esperanza cristiana ante la muerte en la vigilia de la fiesta de Todos los Santos -1 de noviembre- y de los Difuntos, de los que se hace memoria al día siguiente. La propuesta cristiana creativa y desde la fe apunta a cambiar “la cultura de la muerte, la violencia y la oscuridad por la cultura de la vida, la paz, el amor y la alegría”. En tanto, desde el portal belendemaria@reinadelcielo.org se invita a los cristianos a animarse a cambiar y celebrar Holywins, disfrazándose de “cosas positivas” y decorando los hogares con motivos alegres y divertidos, sobre todo “pidamos y regalemos muchos dulces por gracias”.
jueves, 22 de octubre de 2009
GERMÁN FRESÁN, tras las huellas de Damián de Molokai
GERMÁN FRESÁN, tras las huellas de Damián de Molokai
Hijo de campesino y misionero
La vida del Padre Damián de Molokai, miembro de la congregación de los Sagrados Corazones, que fue canonizado el 11 de octubre de 2009 en Roma, ha inspirado la vocación de un buen número de misioneros y misioneras en todo el mundo. El P. Germán Fresán, que trabaja en África desde hace 38 años, se sintió atraído por el apóstol de los enfermos de lepra, cuya entrega influye en el día a día de su vida misionera junto a los más desfavorecidos.
Una gran alegría ha despertado, dentro y fuera de la Iglesia, la canonización del Padre Damián de Molokai. Sin embargo, este acontecimiento resuena especialmente en el P. Germán Fresán, misionero de los Sagrados Corazones, nacido en 1945 en Beire, un pequeño pueblo de la ribera de Navarra (España).
Casualidades de la vida, resulta que en Beire poseía una casa palacio una hermana de San Francisco Javier, patrón de los misioneros y de Navarra. En 1896, la congregación de los Sagrados Corazones compró dicha propiedad, que sirvió como Casa de Formación.
Y sucedió, además, que durante el tiempo en que los misioneros de los Sagrados Corazones permanecieron en el pueblo, dos hermanos de la abuela paterna del P. Germán (Zoilo y Juliana) ingresaron en esta familia religiosa. La Hna. Juliana trabajó durante 17 años en el orfanato de Hawai, donde también lo hiciera el Padre Damián. Esto llena de orgullo al P. Germán.
Los sueños de un niño
El P. Germán admiró desde niño al P. Damián y con la película Molokai, la isla maldita soñó con ser misionero como él. Fue durante mi noviciado donde se confirmó mi vocación. Conocí más profundamente la espiritualidad, la historia y la vida de la congregación de los Sagrados Corazones de Jesús y de María. Dediqué muchas horas a leer los 'Anales de la Congregación', donde pude leer las historias de nuestros misioneros y, particularmente, la vida del Padre Damián", confiesa.
El P. Germán lleva 38 años trabajando en África. "Siempre con los más pobres", remarca. De ellos, 28 años en la República Democrática de Congo (RDC) y diez en Mozambique, donde se encuentra en la actualidad.
Durante 20 años ha servido en diferentes parroquias de los suburbios de Kinshasa (RDC). Pero su vida cambió al convertirse en maestro de novicios durante 14 años, aunque no perdió el contacto con los barrios muy pobres de los suburbios y continuó colaborando en la parroquia junto a los formandos. Desde hace cuatro años desarrolla su labor pastoral en Chupanga (Mozambique), donde vive con dos misioneros congoleños, antiguos novicios suyos.
"En toda mi vida de religioso y como sacerdote, Damián ha sido para mí el modelo de misionero de los Sagrados Corazones. Él comprendió y vivió profundamente los rasgos fundamentales de nuestra espiritualidad. La celebración de la Eucaristía diaria y los momentos de adoración fueron el soporte de su vida", explica el P. Germán.
Damián llegó a Molokai y encontró la desolación en aquella auténtica cárcel natural, donde años más tarde moriría víctima de la terrible enfermedad. Al echar la vista atrás, el P. Germán señala que cuando nosotros llegamos a Chupanga encontramos una misión en ruinas". Esta misión está ubicada en la diócesis de Beira.
Se trata de una realidad muy antigua. Es el lugar donde se construyó la primera iglesia en el interior de Mozambique (1927). Contaba con dos grandes internados de chicos y de chicas, junto con una maternidad. Cuando llegó el P. Geimán toda la misión estaba en ruinas a causa de la guerra civil (1975 1992). Las hierbas y arbustos crecían sobre los muros de los internados y de la iglesia.
La aventura de la fraternidad
Aunque los primeros meses no fueron fáciles, por la escasez y la incomunicación con el exterior, el P. Germán esboza una sonrisa al recordar cómo todas las noches nos sentábamos los seis miembros de la comunidad alrededor de un neumático, con los pies encima del mismo, pues nos mordían las hormigas. Hablábamos de nuestras aventuras cotidianas, de nuestras vivencias, de nuestros planes para el día siguiente... Fueron momentos bonitos que el Padre Damián no tuvo, pues durante muchos años fue el único sacerdote de la isla. La soledad fue su gran sufrimiento, más que el de la propia enfermedad". Los misioneros iban al río Zambeze a buscar agua para beber, cocinar y asearse. El río está cerca pero se halla habitado por cocodrilos e hipopótamos. El generador que tenían era muy viejo, tampoco contaban con frigorífico para guardar los alimentos y eso les hacía vivir al día. Pasaron varios meses hasta que fueron mejorando con la instalación del agua que canalizaron desde el pozo junto al río. Compraron un pequeño generador con el que subían agua desde el pozo, lo que también les permitía unas horas de luz. Más tarde, consiguieron un frigorífico de gas que enfriaba un poco y, de este modo, lograron beber, después de meses, un vaso de agua fresca. Debajo de un árbol montaron con troncos de cocotero el "cine de Chupanga", donde tres veces por semana los niños y jóvenes pueden ver películas, vídeos musicales y, últimamente, incluso televisión con una antena parabólica que les instaló el propietario de un safari de caza.
Si el Padre Damián es conocido como el hombre de los 36 oficios, porque le tocó llevar a cabo los más variados trabajos en Molokai, Germán ha ejercido en la misión de arquitecto, constructor, albañil, fontanero y, sobre todo, de agricultor y catequista.
La catequesis del campo
El 90 % de los habitantes de la parroquia de Chupanga vive de la agricultura y de la pesca. "Por eso, gran parte de mi tiempo lo dedico a trabajar con los agricultores y pescadores. Mi lema es 'luchar contra la pobreza', poder alimentarse mejor, vivir en casas dignas de material duradero y poder estudiar", explica Germán.
Hijo de campesino, como el Padre Damián, al P. Germán le gusta la agricultura y en todos los lugares donde ha estado ha criado animales y cultivado grandes huertas. En la misión ha creado ya varias asociaciones de campesinos y pescadores. Les instruye continuamente y los inicia en los entresijos de una agricultura más desarrollada, con medios como el tractor, mulas mecánicas grandes y bombas para regar desde el río.
Ha comprado varias canoas, redes, cuerdas y otros materiales para cuatro asociaciones de pescadores que están en funcionamiento. Pescan en las islas del río Zambeze y preparan pescado salado que luego secan al sol y más tarde venden en los mercados y en los internados de la zona. Del ingreso de las ventas guardan una cantidad que servirá después para reponer las redes y otros materiales.
Un gallinero modelo
"He construido un 'gallinero modelo' que sirve para el consumo de la comunidad y para iniciar a la gente en la cría de animales y así poder mejorar su alimentación. Salimos de Boane Maputo en coche y recorrimos una distancia de 1.500 kilómetros para llegar a Chupanga. En el mismo coche venían un grupo de pollitos de pavo, de pintadas y varias conejas preñadas que parieron una semana después de llegar. Compramos alguna gallina y una pareja de patos y en poco tiempo ya teníamos carne para comer", cuenta Germán al referirse al inicio de uno de sus proyectos más queridos. Seguramente serán casualidades, pero el Padre Damián también mimó a sus aves.
Germán no para. Otra de sus actividades es escribir cartas a amigos y colaboradores pidiendo ayuda para construir casas de ladrillos para ancianos, viudas e inválidos. Con este fin ha formado a un grupo de albañiles, carpinteros y pintores. Ofrece un albañil, cemento, maderas y chapas para el tejado de aquellos cuya vivienda está en malas condiciones.
Anteriormente no existía la población de Chupanga, sólo funcionaba la misión con sus internados. Los nuevos pobladores han salido de las islas y de la ribera del Zambeze a causa de las persistentes inundaciones (2001, 2007, 2008 y la sequía de 2009). Viven en una situación miserable.
Cada día los misioneros ofrecen un "desayuno rico en calorías" a unos 300 niños y niñas. Es su manera de luchar contra la malnutrición y el hambre. Las papillas que dan a los pequeños están compuestas de harina de maíz, leche, aceite y azúcar. Al principio el programa del "desayuno rico en calorías" fue para los niños malnutridos que el enfermero del centro de salud les enviaba. En 2007 y 2008, cuando se vieron asolados por las inundaciones, todos los niños de Chupanga acudían al desayuno a causa del hambre. De momento siguen viniendo, pues en 2009 han sufrido la sequía y la gente está atravesando una situación de enorme precariedad.
Con la ayuda de amigos y colaboradores, el P. Germán ha enviado a un grupo de jóvenes a estudiar y a aprender un oficio a internados de fuera de Chupanga. En la parroquia sólo hay una escuela primaria completa. En 2006 mandaron a un pequeño grupo de chicas a Inhaminga, al internado de las religiosas de los Sagrados Corazones. Este año están estudiando 44 chicos y chicas. Todos se encuentran en internados de religiosos y religiosas.
Atentos a las personas
El P. Germán reconoce que el obispo fue muy sabio cuando les envió a esta misión. Les pidió que no se preocuparan demasiado de las ruinas sino que dedicaran prioritariamente el tiempo a atender a las comunidades cristianas abandonadas y sin la presencia de un sacerdote desde 1975. El obispo se ocuparía de las ruinas.
Pasados los meses de lluvia comenzaron a visitar las comunidades del interior. La parroquia tiene 14 comunidades, 2 en Chupanga y 12 en las diferentes aldeas en una extensión de 80 kilómetros junto al Zambeze. Comunidades mantenidas por los "bravos catequistas" durante los años de guerra civil. El 70 % de la población es analfabeta y sólo hablan la lengua local, el chisena.
"He tenido que aprender el chisena y no resulta fácil a los 60 años. Cuando tenía 25 años y llegué a Congo tuve que aprender francés y lingala, luego vino el portugués y la iniciación en el ronga. Para nuestro trabajo pastoral es imprescindible hablar la lengua de la gente, de otra forma no puedes hacer nada" declara convencido el P. Germán. Antes de llegar a Chupanga un religioso de los Sagrados Corazones, que vivía en Inhaminga, a 180 kilómetros, consiguió poner el techo de la iglesia. Poco a poco la pintaron, colocaron las ventanas y las puertas, e incluso fabricaron algunos bancos. Pasados algunos meses, el templo estaba reconstruido.
Así rememora el P. Germán la inauguración: "El día 13 de mayo de 2006 todas las comunidades vinieron a pie y en bicicletas a
Chupanga, hicimos una gran procesión con la imagen de la Inmaculada, patrona de la parroquia, por toda la aldea. Celebramos una Misa solemne y recolocamos la estatua de la Virgen recién pintada en su lugar. La imagen es de hierro fundido y pesa más de 300 kilos. Estaba oxidada, pues estuvo guardada por los cristianos durante los años de la guerra civil". Ahora cuentan con una iglesia y con la capilla del Santísimo, donde se reúnen para rezar. Como el Padre Damián, nuestra vida está fundamentada en la celebración de la Eucaristía cotidiana, en la adoración personal y comunitaria, así como en el rezo de Laudes y de Vísperas", subraya el P. Germán. Y el resto del día lo dedican a trabajar con y para la gente.
Un 'abuelo' querido
Entre las variadas tareas pastorales, el P. Germán se encarga principalmente del área catequética de la parroquia. Dedica muchas horas a preparar material para la catequesis y la formación de catequistas. La Iglesia de Mozambique carece de recursos pastorales y de catecismos. Por eso, el P. Germán está traduciendo los libros de catequesis en lingala que utilizaba en Congo al chisena de la diócesis de Beira.
"Muchas veces la gente me dice: 'Llevas ya muchos años en África, ¿no has pensado volver un día a Europa?'. Nunca me he planteado este asunto. Como el Padre Damián, puedo decir que me siento feliz y contento con el trabajo que estoy haciendo por mis queridos chupangueses. En mi congregación me siento en paz y querido por mis hermanos. Casi todos, desde el superior provincial, son antiguos novicios míos. Los nuevos novicios me llaman con cariño "bobo" (abuelo). ¿Qué más puedo pedir?".
Autor del reportaje: P. Femando Cordero, misionero de los Sagrados Corazones. Artículo de la revista Mundo negro, de los Misioneros Combonianos.
Volver a la página principal de Web Católico de Javier
Acceder a los foros de Web Católico de Javier
Firmar en el libro de visitas
Desde el 5 de Octubre de 1998, usted es el visitante nº del Web Católico de Javier
Subscríbase gratis a la lista de distribución de Web Católico de Javier para recibir las novedades por correo electrónico.
Hijo de campesino y misionero
La vida del Padre Damián de Molokai, miembro de la congregación de los Sagrados Corazones, que fue canonizado el 11 de octubre de 2009 en Roma, ha inspirado la vocación de un buen número de misioneros y misioneras en todo el mundo. El P. Germán Fresán, que trabaja en África desde hace 38 años, se sintió atraído por el apóstol de los enfermos de lepra, cuya entrega influye en el día a día de su vida misionera junto a los más desfavorecidos.
Una gran alegría ha despertado, dentro y fuera de la Iglesia, la canonización del Padre Damián de Molokai. Sin embargo, este acontecimiento resuena especialmente en el P. Germán Fresán, misionero de los Sagrados Corazones, nacido en 1945 en Beire, un pequeño pueblo de la ribera de Navarra (España).
Casualidades de la vida, resulta que en Beire poseía una casa palacio una hermana de San Francisco Javier, patrón de los misioneros y de Navarra. En 1896, la congregación de los Sagrados Corazones compró dicha propiedad, que sirvió como Casa de Formación.
Y sucedió, además, que durante el tiempo en que los misioneros de los Sagrados Corazones permanecieron en el pueblo, dos hermanos de la abuela paterna del P. Germán (Zoilo y Juliana) ingresaron en esta familia religiosa. La Hna. Juliana trabajó durante 17 años en el orfanato de Hawai, donde también lo hiciera el Padre Damián. Esto llena de orgullo al P. Germán.
Los sueños de un niño
El P. Germán admiró desde niño al P. Damián y con la película Molokai, la isla maldita soñó con ser misionero como él. Fue durante mi noviciado donde se confirmó mi vocación. Conocí más profundamente la espiritualidad, la historia y la vida de la congregación de los Sagrados Corazones de Jesús y de María. Dediqué muchas horas a leer los 'Anales de la Congregación', donde pude leer las historias de nuestros misioneros y, particularmente, la vida del Padre Damián", confiesa.
El P. Germán lleva 38 años trabajando en África. "Siempre con los más pobres", remarca. De ellos, 28 años en la República Democrática de Congo (RDC) y diez en Mozambique, donde se encuentra en la actualidad.
Durante 20 años ha servido en diferentes parroquias de los suburbios de Kinshasa (RDC). Pero su vida cambió al convertirse en maestro de novicios durante 14 años, aunque no perdió el contacto con los barrios muy pobres de los suburbios y continuó colaborando en la parroquia junto a los formandos. Desde hace cuatro años desarrolla su labor pastoral en Chupanga (Mozambique), donde vive con dos misioneros congoleños, antiguos novicios suyos.
"En toda mi vida de religioso y como sacerdote, Damián ha sido para mí el modelo de misionero de los Sagrados Corazones. Él comprendió y vivió profundamente los rasgos fundamentales de nuestra espiritualidad. La celebración de la Eucaristía diaria y los momentos de adoración fueron el soporte de su vida", explica el P. Germán.
Damián llegó a Molokai y encontró la desolación en aquella auténtica cárcel natural, donde años más tarde moriría víctima de la terrible enfermedad. Al echar la vista atrás, el P. Germán señala que cuando nosotros llegamos a Chupanga encontramos una misión en ruinas". Esta misión está ubicada en la diócesis de Beira.
Se trata de una realidad muy antigua. Es el lugar donde se construyó la primera iglesia en el interior de Mozambique (1927). Contaba con dos grandes internados de chicos y de chicas, junto con una maternidad. Cuando llegó el P. Geimán toda la misión estaba en ruinas a causa de la guerra civil (1975 1992). Las hierbas y arbustos crecían sobre los muros de los internados y de la iglesia.
La aventura de la fraternidad
Aunque los primeros meses no fueron fáciles, por la escasez y la incomunicación con el exterior, el P. Germán esboza una sonrisa al recordar cómo todas las noches nos sentábamos los seis miembros de la comunidad alrededor de un neumático, con los pies encima del mismo, pues nos mordían las hormigas. Hablábamos de nuestras aventuras cotidianas, de nuestras vivencias, de nuestros planes para el día siguiente... Fueron momentos bonitos que el Padre Damián no tuvo, pues durante muchos años fue el único sacerdote de la isla. La soledad fue su gran sufrimiento, más que el de la propia enfermedad". Los misioneros iban al río Zambeze a buscar agua para beber, cocinar y asearse. El río está cerca pero se halla habitado por cocodrilos e hipopótamos. El generador que tenían era muy viejo, tampoco contaban con frigorífico para guardar los alimentos y eso les hacía vivir al día. Pasaron varios meses hasta que fueron mejorando con la instalación del agua que canalizaron desde el pozo junto al río. Compraron un pequeño generador con el que subían agua desde el pozo, lo que también les permitía unas horas de luz. Más tarde, consiguieron un frigorífico de gas que enfriaba un poco y, de este modo, lograron beber, después de meses, un vaso de agua fresca. Debajo de un árbol montaron con troncos de cocotero el "cine de Chupanga", donde tres veces por semana los niños y jóvenes pueden ver películas, vídeos musicales y, últimamente, incluso televisión con una antena parabólica que les instaló el propietario de un safari de caza.
Si el Padre Damián es conocido como el hombre de los 36 oficios, porque le tocó llevar a cabo los más variados trabajos en Molokai, Germán ha ejercido en la misión de arquitecto, constructor, albañil, fontanero y, sobre todo, de agricultor y catequista.
La catequesis del campo
El 90 % de los habitantes de la parroquia de Chupanga vive de la agricultura y de la pesca. "Por eso, gran parte de mi tiempo lo dedico a trabajar con los agricultores y pescadores. Mi lema es 'luchar contra la pobreza', poder alimentarse mejor, vivir en casas dignas de material duradero y poder estudiar", explica Germán.
Hijo de campesino, como el Padre Damián, al P. Germán le gusta la agricultura y en todos los lugares donde ha estado ha criado animales y cultivado grandes huertas. En la misión ha creado ya varias asociaciones de campesinos y pescadores. Les instruye continuamente y los inicia en los entresijos de una agricultura más desarrollada, con medios como el tractor, mulas mecánicas grandes y bombas para regar desde el río.
Ha comprado varias canoas, redes, cuerdas y otros materiales para cuatro asociaciones de pescadores que están en funcionamiento. Pescan en las islas del río Zambeze y preparan pescado salado que luego secan al sol y más tarde venden en los mercados y en los internados de la zona. Del ingreso de las ventas guardan una cantidad que servirá después para reponer las redes y otros materiales.
Un gallinero modelo
"He construido un 'gallinero modelo' que sirve para el consumo de la comunidad y para iniciar a la gente en la cría de animales y así poder mejorar su alimentación. Salimos de Boane Maputo en coche y recorrimos una distancia de 1.500 kilómetros para llegar a Chupanga. En el mismo coche venían un grupo de pollitos de pavo, de pintadas y varias conejas preñadas que parieron una semana después de llegar. Compramos alguna gallina y una pareja de patos y en poco tiempo ya teníamos carne para comer", cuenta Germán al referirse al inicio de uno de sus proyectos más queridos. Seguramente serán casualidades, pero el Padre Damián también mimó a sus aves.
Germán no para. Otra de sus actividades es escribir cartas a amigos y colaboradores pidiendo ayuda para construir casas de ladrillos para ancianos, viudas e inválidos. Con este fin ha formado a un grupo de albañiles, carpinteros y pintores. Ofrece un albañil, cemento, maderas y chapas para el tejado de aquellos cuya vivienda está en malas condiciones.
Anteriormente no existía la población de Chupanga, sólo funcionaba la misión con sus internados. Los nuevos pobladores han salido de las islas y de la ribera del Zambeze a causa de las persistentes inundaciones (2001, 2007, 2008 y la sequía de 2009). Viven en una situación miserable.
Cada día los misioneros ofrecen un "desayuno rico en calorías" a unos 300 niños y niñas. Es su manera de luchar contra la malnutrición y el hambre. Las papillas que dan a los pequeños están compuestas de harina de maíz, leche, aceite y azúcar. Al principio el programa del "desayuno rico en calorías" fue para los niños malnutridos que el enfermero del centro de salud les enviaba. En 2007 y 2008, cuando se vieron asolados por las inundaciones, todos los niños de Chupanga acudían al desayuno a causa del hambre. De momento siguen viniendo, pues en 2009 han sufrido la sequía y la gente está atravesando una situación de enorme precariedad.
Con la ayuda de amigos y colaboradores, el P. Germán ha enviado a un grupo de jóvenes a estudiar y a aprender un oficio a internados de fuera de Chupanga. En la parroquia sólo hay una escuela primaria completa. En 2006 mandaron a un pequeño grupo de chicas a Inhaminga, al internado de las religiosas de los Sagrados Corazones. Este año están estudiando 44 chicos y chicas. Todos se encuentran en internados de religiosos y religiosas.
Atentos a las personas
El P. Germán reconoce que el obispo fue muy sabio cuando les envió a esta misión. Les pidió que no se preocuparan demasiado de las ruinas sino que dedicaran prioritariamente el tiempo a atender a las comunidades cristianas abandonadas y sin la presencia de un sacerdote desde 1975. El obispo se ocuparía de las ruinas.
Pasados los meses de lluvia comenzaron a visitar las comunidades del interior. La parroquia tiene 14 comunidades, 2 en Chupanga y 12 en las diferentes aldeas en una extensión de 80 kilómetros junto al Zambeze. Comunidades mantenidas por los "bravos catequistas" durante los años de guerra civil. El 70 % de la población es analfabeta y sólo hablan la lengua local, el chisena.
"He tenido que aprender el chisena y no resulta fácil a los 60 años. Cuando tenía 25 años y llegué a Congo tuve que aprender francés y lingala, luego vino el portugués y la iniciación en el ronga. Para nuestro trabajo pastoral es imprescindible hablar la lengua de la gente, de otra forma no puedes hacer nada" declara convencido el P. Germán. Antes de llegar a Chupanga un religioso de los Sagrados Corazones, que vivía en Inhaminga, a 180 kilómetros, consiguió poner el techo de la iglesia. Poco a poco la pintaron, colocaron las ventanas y las puertas, e incluso fabricaron algunos bancos. Pasados algunos meses, el templo estaba reconstruido.
Así rememora el P. Germán la inauguración: "El día 13 de mayo de 2006 todas las comunidades vinieron a pie y en bicicletas a
Chupanga, hicimos una gran procesión con la imagen de la Inmaculada, patrona de la parroquia, por toda la aldea. Celebramos una Misa solemne y recolocamos la estatua de la Virgen recién pintada en su lugar. La imagen es de hierro fundido y pesa más de 300 kilos. Estaba oxidada, pues estuvo guardada por los cristianos durante los años de la guerra civil". Ahora cuentan con una iglesia y con la capilla del Santísimo, donde se reúnen para rezar. Como el Padre Damián, nuestra vida está fundamentada en la celebración de la Eucaristía cotidiana, en la adoración personal y comunitaria, así como en el rezo de Laudes y de Vísperas", subraya el P. Germán. Y el resto del día lo dedican a trabajar con y para la gente.
Un 'abuelo' querido
Entre las variadas tareas pastorales, el P. Germán se encarga principalmente del área catequética de la parroquia. Dedica muchas horas a preparar material para la catequesis y la formación de catequistas. La Iglesia de Mozambique carece de recursos pastorales y de catecismos. Por eso, el P. Germán está traduciendo los libros de catequesis en lingala que utilizaba en Congo al chisena de la diócesis de Beira.
"Muchas veces la gente me dice: 'Llevas ya muchos años en África, ¿no has pensado volver un día a Europa?'. Nunca me he planteado este asunto. Como el Padre Damián, puedo decir que me siento feliz y contento con el trabajo que estoy haciendo por mis queridos chupangueses. En mi congregación me siento en paz y querido por mis hermanos. Casi todos, desde el superior provincial, son antiguos novicios míos. Los nuevos novicios me llaman con cariño "bobo" (abuelo). ¿Qué más puedo pedir?".
Autor del reportaje: P. Femando Cordero, misionero de los Sagrados Corazones. Artículo de la revista Mundo negro, de los Misioneros Combonianos.
Volver a la página principal de Web Católico de Javier
Acceder a los foros de Web Católico de Javier
Firmar en el libro de visitas
Desde el 5 de Octubre de 1998, usted es el visitante nº del Web Católico de Javier
Subscríbase gratis a la lista de distribución de Web Católico de Javier para recibir las novedades por correo electrónico.
jueves, 15 de octubre de 2009
El carisma fundacional de Paulina von Mallinckrodt
Obra del Espíritu Santo
Mejor que hacer consideraciones abstractas sobre el carisma es descubrirlo concretamente en la vida y la obra de nuestra Madre Fundora. Únicamente Dios penetra en el alma, el espíritu y el corazón de una persona y la gracia pertenece al orden sobrenatural. Los medios puramente humanos no logran desentrañar la acción misteriosa del Espíritu Santo en una alma. Nosotras sólo podemos señalar e interpretar manifestaciones de esta acción. Por consiguiente, como el Espíritu Santo inspiró a la Fundadora e hizo germinar la semilla divina, es únicamente Él quien puede y debe ser nuestra luz y guía en la exploración de esta aventura divina ya que la " renovación ha de promoverse bajo el impulso del Espíritu Santo y con la guía de la Iglesia".(P.C 2)
Al seguir la Historia de la Fundación de la Congregación de las Hermanas de la Caridad Cristiana ,Hijas de la Bienaventurada Virgen María de la Inmaculada Concepción, a través de las anotaciones de la Madre Paulina von Mallinckrodt en su retiros espirituales y según sus cartas, podemos descubrir claramente la acción del Espíritu Santo y convencernos de que la Congregación es realmente obra de Dios, como los es toda la Iglesia, de la cual la Congregación es sarmiento vivo y fecundo.
Cuanto más arraigada esté en nosotras esta convicción, tanto más decidida y totalmente nos entregaremos, con fe y amor, por medio de ella, a Dios y a la Iglesia, porque nuestra participación en el carisma de la Congregación será más íntima y más fuerte. Pues como dice le Padre Gambari:"La gracia de la vocación y el carisma dado al Fundador, en el cual el Espíritu ha como encerrado el Instituto, constituyen un don que no se ha agotado en el Fundador, sino que continuamente obra en su familia religiosa. De esta gracia emana una fuerza capaz de asegurar al Instituto una permanente actualidad y una continua juventud, análogamente a cuanto se verifica par la Iglesia entera". (Carisma de la Beata Paulina von Mallinckrodt porHna.Ma.Alberta Wessner)
He aquí la esclava del Señor...
María, Virgen Santa, tú iluminas nuestra senda con tu hermoso ejemplo.
Ruega a Dios que me de la gracia de seguir tus santas huellas, para que pueda
ser la esclava del Señor y se haga en mí según tu palabra.
(Madre Paulina ,retiro 1843)
viernes, 2 de octubre de 2009
Tú eres el Camino...
No podemos callar lo que hemos visto y oído.
En tu nombre Señor, echaré las redes.
domingo, 20 de septiembre de 2009
sábado, 19 de septiembre de 2009
viernes, 18 de septiembre de 2009
Himno Mallinckrodt
Himno al Colegio MALLINCKRODT
Mallinckrodt, tú nos brindas generoso
gran tesoro de saber y de virtud,
con el amor maternal
de un segundo hogar, estás formando
nuestra mente y corazón.
El joven creyente y resuelto triunfará,
siempre en su alma pura Cristo reinará.
Mallinckrodt, siempre serás
norte y luz, firme sostén,
para luchar por un mundo mejor,
fieles y unidos al Mallinckrodt.
Mallinckrodt, protegidos nos sentimos
bajo el manto de la Virgen Celestial.
Amar a Dios y a la Patria
es deber y honor, queremos darnos
y servirles con valor.
La Madre Paulina, modelo de bondad,
nos inspire su cristiana caridad.
lunes, 14 de septiembre de 2009
jueves, 10 de septiembre de 2009
No olvidaremos este día
Seguimos disfrutando
jueves, 3 de septiembre de 2009
domingo, 23 de agosto de 2009
Testimonios de Vocación religiosa
Testimonios de vocación religiosa
La vocación religiosa
La vocación religiosa es un misterio de amor entre un Dios que llama y un ser humano que le responde libremente y por amor. La vocación es un misterio de elección divina. No me habéis elegido vosotros a Mí, sino que yo os he elegido a vosotros y os he destinado para que vayáis y deis fruto y vuestro fruto dure (Jn 15,16). Antes de haberte formado en el seno materno, te conocía y, antes que nacieses, te tenía consagrado (Jer El llamado a la vocación
Yo tenía 23 años, cuando decidí alejarme completamente de Dios y de la Iglesia. No podía creer en la existencia de Dios. Si Dios existía, no podía existir el dolor. Sin embargo, busqué la ayuda sincera de algunas personas, incluso sacerdotes, pero no encontré una respuesta satisfactoria. Todos me decían: Reza, pidiendo fe. Pero yo no podía rezar, porque no tenía fe. Así que abandoné la Iglesia, me olvide de Dios y me dediqué a la música, que era lo único que me interesaba en aquel momento.
Pero un día, al cumplir mis padres 30 años de casados, querían que todos sus hijos comulgaran. Yo no sabía qué hacer, quería quedar bien con mis padres para no hacerles sufrir, así que a última hora me fui a confesar. Me emocioné un poco al comulgar, aunque no lo quería admitir. Ese mismo día, compré los evangelios y comencé a leerlos. Lo hacía a la hora de la siesta para que nadie me viera. Leía de corrido, porque deseaba terminar cuanto antes. Leí los tres primeros evangelios sin que sintiera nada especial, pensaba que todo era muy bonito y que eso había sucedido en tiempos de Jesús, pero que eso no cambiaba mi vida ni mi dolor de hoy. Sin embargo, llegué a San Juan y en el capítulo 14, cuando leí: Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida…, algo se transformó dentro de mí. No pude seguir leyendo, sólo veía: YO SOY EL CAMINO, LA VERDAD Y LA VIDA. Pero ya no eran sólo las palabras, era una voz que me hablaba fuerte al corazón y que mis oídos escucharon y que me decían lo mismo. Caí allí mismo de rodillas. Había encontrado a Dios. Dios me había salido al encuentro y yo lo amaba y Él me amaba. Las lágrimas brotaron abundantes, lágrimas de arrepentimiento y de amor. Esa misma tarde fui a hablar con el sacerdote. Él esperaba mis preguntas, mis dudas, pero yo no tenía dudas ni preguntas. Dios ya me había respondido.
Así comienza mi pequeña historia de amor que no terminará sino en el cielo. Comprendí que de ahí en adelante debía vivir de fe y creer por lo que no había querido creer. A los pocos meses, entré en el convento. Y ahora quisiera dar hasta la última gota de mi sangre para que un alma descarriada se encuentre con Dios. Amo a Dios con todas las fibras de mi corazón y soy feliz.
*****
Nací un día de mucho frío en una gran ciudad de Alemania. Mis padres eran protestantes y me bautizaron en la Iglesia evangélico-luterana. Durante varios años, canté los domingos en la iglesia, y durante la semana ayudaba a un grupo de niños que dirigía una diaconisa. A los 15 años, recibí la confirmación.
A partir de entonces, empecé a cuestionarme mi fe y me hacía muchas preguntas sobre la Biblia. El pastor trataba de darme explicaciones, pero yo no me sentía convencida. A los 20 años comencé a estudiar Sicología en un ambiente dominado por sectas orientales, gurus y métodos de meditación. Me inicié en la meditación transcendental. Practiqué el yoga. Muchas veces, hacía ayuno a solo agua… Conocí a una monja budista, que enseñaba raya-yoga, y todos los días iba en bicicleta a hacer con ella la meditación para conseguir la purificación total y llegar a la unión con Dios.
Un día tuvimos en un cine un gran encuentro con un famoso gurú de la India. Tenía unos 70 años, barba blanca y hablaba en inglés. Venían con él muchos acompañantes, discípulos y admiradores. En la pared del fondo habían colocado su retrato y todos le aplaudían mucho. A uno de los Directores le dije: Aquí no seguimos a Cristo. Me contestó: El camino de Cristo es el camino estrecho, nosotros vamos por la autopista y con la meditación del gurú llegamos primero. Todos parecían hipnotizados y yo empecé a orar: Cristo es más fuerte que tú, Cristo es más fuerte que tú. De pronto, el retrato del gurú cayó a tierra y se hizo añicos. Yo me reí de puro gusto y me retiré para siempre de aquellos grupos.
Comencé a leer la Biblia y cada vez sentía más fuerte en mi corazón el deseo de amar a Cristo, repitiendo las palabras Cristo-Amor… Viajé a Italia y, como no tenía dinero, me alojé en la Casa de las religiosas de la Santa Faz, una Congregación dedicada al cuidado de los ancianos e impedidos. Estuve con ellas dos años, asistía con ellas a la oración y allí empezó el cambio de mi conversión a la fe católica, con la ayuda de un sacerdote y del obispo. Ellos me prepararon y un día, en una misa, después de mi confesión, hice mi profesión de fe y recibí la comunión. Mi alegría fue inmensa. Había encontrado el Amor. A partir de esa fecha, cuando pasaba delante de una iglesia, no podía dejar de saludar a Jesús y decirle: Jesús te amo.
Poco a poco, pensé en dedicar mi vida a Jesús. Hice mis primeros votos en la fiesta de Pentecostés de 1987; y mis votos perpetuos en junio de 1990. Me gusta pintar y lo hago con mucho amor, tratando de reflejar las maravillosas bellezas de Dios. Mi salud es frágil, pero todo se lo ofrezco al Señor por los sacerdotes y la unidad de la Iglesia.
*****
Nací el 25 de agosto de 1971 en Xalapa, México. Un día estaba admirando una de las grandes maravillas del mundo, el Taj Mahal de la India, cuando por primera vez me pregunté sobre el sentido de mi vida y para qué me había creado Dios. Aunque yo estaba de turista, sentí tristeza al ver a aquellos buenos hombres que con su buena voluntad, sus ofrendas y sus cantos, no conocían a Cristo. ¡Reverenciaban vacas y buscaban ser buenos en la vida para ver si podían reencarnarse en una vida mejor! Entonces, me di cuenta de que mi vida no era sólo para vivirla yo, sino también para hacer algo por los demás.
Fuimos a Calcuta, lugar de mucha pobreza: niños muriendo de hambre, leprosos pidiendo ayuda, mujeres abandonadas, enfermos… Este segundo factor reforzó esa inquietud de hacer algo por los demás. No podía ser igual después de aquel viaje y aquellas experiencias. Entonces tenía 18 años.
Al terminar el año de estudio de francés en Suiza, comencé la carrera de mercadotecnia en el Tecnológico de Monterrey. Me involucré en varios proyectos de acción social, estuve en la mesa directiva del Tecnológico. Empecé a salir con chicos, pero sinceramente nadie me llenaba, hasta que conocí a uno que compartía los mismos intereses e ideales que yo. Nos hicimos novios y, al ver que la relación se iba formalizando, recordé que un día le había prometido a Dios darle un año de mi vida. Sabía que ése era el momento. Se lo conté a mi novio y él me apoyó incondicionalmente, pero acordamos formalizar la relación antes de que yo me fuera.
La experiencia de ese año, ofrecido a Dios, fue muy enriquecedora. Fui constatando que Jesucristo me llenaba cada día más. Irlo conociendo me hizo darme cuenta de su divinidad, pero también descubrí su humanidad, al verlo en cada persona y acontecimiento. Nunca había pensado en serio en ser religiosa, pero en la Semana Santa de aquel año, le pedí a Dios que me hiciera ver qué quería de mí. El Sábado Santo percibí con mucha claridad que Él me llamaba a consagrarle mi vida. Él me fue conquistando poco a poco y ya no pude decirle que no.
Fue muy difícil dejarlo todo, pero volvería a hacerlo una y otra vez y le volvería a decir Sí con tal de tener la dicha de ser de Dios y dedicar mi vida a su servicio. La plenitud y la felicidad con que vivo mi vida consagrada me han hecho darme cuenta de que en el mundo hay muchas maravillas, pero que la única, verdadera y duradera, es Dios. Ser esposa de Jesús es la vocación más maravillosa del mundo.
*****
Fragmentos del Libro “La Vocación, un llamamiento de amor” del P. Ángel Peña O.A.R.Puedes descargar gratuitamente este y todos los libros del Padre Ángel Peña en LibrosCatólicos.org
La vocación religiosa
La vocación religiosa es un misterio de amor entre un Dios que llama y un ser humano que le responde libremente y por amor. La vocación es un misterio de elección divina. No me habéis elegido vosotros a Mí, sino que yo os he elegido a vosotros y os he destinado para que vayáis y deis fruto y vuestro fruto dure (Jn 15,16). Antes de haberte formado en el seno materno, te conocía y, antes que nacieses, te tenía consagrado (Jer El llamado a la vocación
Yo tenía 23 años, cuando decidí alejarme completamente de Dios y de la Iglesia. No podía creer en la existencia de Dios. Si Dios existía, no podía existir el dolor. Sin embargo, busqué la ayuda sincera de algunas personas, incluso sacerdotes, pero no encontré una respuesta satisfactoria. Todos me decían: Reza, pidiendo fe. Pero yo no podía rezar, porque no tenía fe. Así que abandoné la Iglesia, me olvide de Dios y me dediqué a la música, que era lo único que me interesaba en aquel momento.
Pero un día, al cumplir mis padres 30 años de casados, querían que todos sus hijos comulgaran. Yo no sabía qué hacer, quería quedar bien con mis padres para no hacerles sufrir, así que a última hora me fui a confesar. Me emocioné un poco al comulgar, aunque no lo quería admitir. Ese mismo día, compré los evangelios y comencé a leerlos. Lo hacía a la hora de la siesta para que nadie me viera. Leía de corrido, porque deseaba terminar cuanto antes. Leí los tres primeros evangelios sin que sintiera nada especial, pensaba que todo era muy bonito y que eso había sucedido en tiempos de Jesús, pero que eso no cambiaba mi vida ni mi dolor de hoy. Sin embargo, llegué a San Juan y en el capítulo 14, cuando leí: Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida…, algo se transformó dentro de mí. No pude seguir leyendo, sólo veía: YO SOY EL CAMINO, LA VERDAD Y LA VIDA. Pero ya no eran sólo las palabras, era una voz que me hablaba fuerte al corazón y que mis oídos escucharon y que me decían lo mismo. Caí allí mismo de rodillas. Había encontrado a Dios. Dios me había salido al encuentro y yo lo amaba y Él me amaba. Las lágrimas brotaron abundantes, lágrimas de arrepentimiento y de amor. Esa misma tarde fui a hablar con el sacerdote. Él esperaba mis preguntas, mis dudas, pero yo no tenía dudas ni preguntas. Dios ya me había respondido.
Así comienza mi pequeña historia de amor que no terminará sino en el cielo. Comprendí que de ahí en adelante debía vivir de fe y creer por lo que no había querido creer. A los pocos meses, entré en el convento. Y ahora quisiera dar hasta la última gota de mi sangre para que un alma descarriada se encuentre con Dios. Amo a Dios con todas las fibras de mi corazón y soy feliz.
*****
Nací un día de mucho frío en una gran ciudad de Alemania. Mis padres eran protestantes y me bautizaron en la Iglesia evangélico-luterana. Durante varios años, canté los domingos en la iglesia, y durante la semana ayudaba a un grupo de niños que dirigía una diaconisa. A los 15 años, recibí la confirmación.
A partir de entonces, empecé a cuestionarme mi fe y me hacía muchas preguntas sobre la Biblia. El pastor trataba de darme explicaciones, pero yo no me sentía convencida. A los 20 años comencé a estudiar Sicología en un ambiente dominado por sectas orientales, gurus y métodos de meditación. Me inicié en la meditación transcendental. Practiqué el yoga. Muchas veces, hacía ayuno a solo agua… Conocí a una monja budista, que enseñaba raya-yoga, y todos los días iba en bicicleta a hacer con ella la meditación para conseguir la purificación total y llegar a la unión con Dios.
Un día tuvimos en un cine un gran encuentro con un famoso gurú de la India. Tenía unos 70 años, barba blanca y hablaba en inglés. Venían con él muchos acompañantes, discípulos y admiradores. En la pared del fondo habían colocado su retrato y todos le aplaudían mucho. A uno de los Directores le dije: Aquí no seguimos a Cristo. Me contestó: El camino de Cristo es el camino estrecho, nosotros vamos por la autopista y con la meditación del gurú llegamos primero. Todos parecían hipnotizados y yo empecé a orar: Cristo es más fuerte que tú, Cristo es más fuerte que tú. De pronto, el retrato del gurú cayó a tierra y se hizo añicos. Yo me reí de puro gusto y me retiré para siempre de aquellos grupos.
Comencé a leer la Biblia y cada vez sentía más fuerte en mi corazón el deseo de amar a Cristo, repitiendo las palabras Cristo-Amor… Viajé a Italia y, como no tenía dinero, me alojé en la Casa de las religiosas de la Santa Faz, una Congregación dedicada al cuidado de los ancianos e impedidos. Estuve con ellas dos años, asistía con ellas a la oración y allí empezó el cambio de mi conversión a la fe católica, con la ayuda de un sacerdote y del obispo. Ellos me prepararon y un día, en una misa, después de mi confesión, hice mi profesión de fe y recibí la comunión. Mi alegría fue inmensa. Había encontrado el Amor. A partir de esa fecha, cuando pasaba delante de una iglesia, no podía dejar de saludar a Jesús y decirle: Jesús te amo.
Poco a poco, pensé en dedicar mi vida a Jesús. Hice mis primeros votos en la fiesta de Pentecostés de 1987; y mis votos perpetuos en junio de 1990. Me gusta pintar y lo hago con mucho amor, tratando de reflejar las maravillosas bellezas de Dios. Mi salud es frágil, pero todo se lo ofrezco al Señor por los sacerdotes y la unidad de la Iglesia.
*****
Nací el 25 de agosto de 1971 en Xalapa, México. Un día estaba admirando una de las grandes maravillas del mundo, el Taj Mahal de la India, cuando por primera vez me pregunté sobre el sentido de mi vida y para qué me había creado Dios. Aunque yo estaba de turista, sentí tristeza al ver a aquellos buenos hombres que con su buena voluntad, sus ofrendas y sus cantos, no conocían a Cristo. ¡Reverenciaban vacas y buscaban ser buenos en la vida para ver si podían reencarnarse en una vida mejor! Entonces, me di cuenta de que mi vida no era sólo para vivirla yo, sino también para hacer algo por los demás.
Fuimos a Calcuta, lugar de mucha pobreza: niños muriendo de hambre, leprosos pidiendo ayuda, mujeres abandonadas, enfermos… Este segundo factor reforzó esa inquietud de hacer algo por los demás. No podía ser igual después de aquel viaje y aquellas experiencias. Entonces tenía 18 años.
Al terminar el año de estudio de francés en Suiza, comencé la carrera de mercadotecnia en el Tecnológico de Monterrey. Me involucré en varios proyectos de acción social, estuve en la mesa directiva del Tecnológico. Empecé a salir con chicos, pero sinceramente nadie me llenaba, hasta que conocí a uno que compartía los mismos intereses e ideales que yo. Nos hicimos novios y, al ver que la relación se iba formalizando, recordé que un día le había prometido a Dios darle un año de mi vida. Sabía que ése era el momento. Se lo conté a mi novio y él me apoyó incondicionalmente, pero acordamos formalizar la relación antes de que yo me fuera.
La experiencia de ese año, ofrecido a Dios, fue muy enriquecedora. Fui constatando que Jesucristo me llenaba cada día más. Irlo conociendo me hizo darme cuenta de su divinidad, pero también descubrí su humanidad, al verlo en cada persona y acontecimiento. Nunca había pensado en serio en ser religiosa, pero en la Semana Santa de aquel año, le pedí a Dios que me hiciera ver qué quería de mí. El Sábado Santo percibí con mucha claridad que Él me llamaba a consagrarle mi vida. Él me fue conquistando poco a poco y ya no pude decirle que no.
Fue muy difícil dejarlo todo, pero volvería a hacerlo una y otra vez y le volvería a decir Sí con tal de tener la dicha de ser de Dios y dedicar mi vida a su servicio. La plenitud y la felicidad con que vivo mi vida consagrada me han hecho darme cuenta de que en el mundo hay muchas maravillas, pero que la única, verdadera y duradera, es Dios. Ser esposa de Jesús es la vocación más maravillosa del mundo.
*****
Fragmentos del Libro “La Vocación, un llamamiento de amor” del P. Ángel Peña O.A.R.Puedes descargar gratuitamente este y todos los libros del Padre Ángel Peña en LibrosCatólicos.org
lunes, 17 de agosto de 2009
Dios sigue llamando
Dios sigue llamando
Novicias y Postulantes son dirigidas por una Hernana encargada se su formación.
Una intensa vida de oración cultiva en la formanda una profunda amistad con Cristo a quién entregará su vida.
A través de la primera profesión de castidad consagrada, pobreza y obediencia, se comienza a vivir plenamente la vida religiosa.
“Es una gracia muy grande que Dios se digne llamarnos para trabajar en la extensión de su reino” (Madre Paulina).
“Construir la vida sobre Cristo, acogiendo con alegría la palabra y poniendo en práctica la doctrina: ¡he aquí, jóvenes del tercer milenio, cuál debe ser vuestro programa! Es urgente que surja una nueva generación de apóstoles enraizados en la palabra de Cristo, capaces de responder a los desafíos de nuestro tiempo y dispuestos a difundir el Evangelio por todas partes. ¡Esto es lo que os pide el Señor, a esto os invita la Iglesia, esto es lo que el mundo - aun sin saberlo - espera de vosotros! Y si Jesús os llama, no tengáis miedo de responderle con generosidad, especialmente cuando os propone seguirlo en la vida consagrada o en la vida sacerdotal. No tengáis miedo; fiaos de Él y no quedaréis decepcionados”. Mensaje del Santo Padre a los jóvenes del mundo, con ocasión de la celebración diocesana de la XXI Jornada Mundial de la Juventud 2006.
La formación la realizamos en una comunidad religiosa que anima y sostiene a las formandas.
Jesús sigue llamando a muchas jóvenes a una consagración total a Él como Hermana de la Caridad Cristiana. Es un llamado a una vida totalmente dedicada al servicio de Dios y al servicio de todos los hombres a través del amor, siguiendo las huellas de la Madre Paulina.
Aceptar la llamada de Dios a seguirlo en la Vida Religiosa, es el inicio de un camino de formación, que a través de diferentes etapas, ayuda a la joven llamada a conformar su vida según el carisma de las Hermanas de la Caridad Cristiana y a conocer lo que la Iglesia espera de la Vida Religiosa, a fin de vivirla en plenitud, y así alcanzar un verdadero desarrollo personal y humano como mujer consagrada. Acompañada por sus formadores, la aspirante a la Vida Religiosa en nuestra Congregación, es guiada para poder discernir la autenticidad de su vocación en completa libertad, con responsabilidad y alegría. El don de la Vida Religiosa es tan maravilloso que vale la pena ponerse a la escucha de la Palabra de Dios y dedicarle tiempo a la oración para preparar un terreno propicio para que germine la semilla de la vocación.
Desde las etapas iniciales de formación se realizan experiencias apostólicas.
Novicias y postulantes viviendo una experiencia apostólica.
Si crees que Dios te llama a la vida religiosay quieres conocer más acerca del Carisma y Espiritualidad de las Hnas. de la Caridad Cristiana escríbenos a
hnamagranr@gmail.com
¿Tendré vocación?
LA VOCACIÓN SACERDOTAL Y EL SEMINARIO
¿Tendré vocación?
Cualquier joven responsable se plantea el futuro de su vida: piensa en una profesión, si va a fundar una familia, etc.
Un joven cristiano también se plantea la vida, pero preguntándose: ¿Qué espera Dios de mí? Sabe que Dios quiere la felicidad de cada persona y es capaz de dársela. Vocación significa "llamada": es lo que Dios está llamando a cada uno.
Por la fe estamos todos llamados a vivir la vocación cristiana: ser testigos del amor de Dios en nuestro ambiente, en el trabajo, la familia, etc. Pero hay tres formas de vivir la vocación cristiana:
La vocación de laicos: Los cristianos que ejercen una profesión, viven en medio de la sociedad, se casan normalmente, fundan una familia y en todo tratan de construir el mundo segùn los planes de Dios.
La vocación sacerdotal: Los cristianos que reciben el sacramento del Orden para hacer presente a Jesucristo mediante la predicación de la Palabra de Dios, la celebración de los Sacramentos y el cuidado pastoral de la comunidad (parroquia, grupos, etc.). Para ello se preparan en el Seminario durante seis años y ofrecen su vida en una dedicación total, renunciando a constituir una familia y optando por el celibato consagrado a fin de imitar a Jesucristo y servir más plenamente a todos.
La vocación de vida consagrada: Consagrar la vida al servicio de Dios y de los demás, mediante la ofrenda de los tres votos o consejos evangélicos, a imitación de Jesucristo: la pobreza, la obediencia viviendo en fraternidad y la virginidad consagrada. Esta consagración se puede vivir de dos maneras:
Institutos de vida religiosa: Viven en comunidad y son variados, porque cada uno actualiza y se fija en algún aspecto de la vida de Jesús: la oración (los monjes y monjas contemplativos), el servicio a los pobres, la enseñanza, las obras de misereicordia, la predicación ,educación(religiosos y religiosas de vida activa).
Institutos seculares: Se parecen a los religiosos en que profesan los consejos evangélicos, pero se parecen a los laicos en que trabajan y viven en medio de la sociedad, sin llevar distintivos, sino distinguiéndose por su entrega y radicaclidad evangélica a fin de santificar el trabajo del mundo y las relaciones sociales.
Tanto la vocación sacerdotal como la vida consagrada suponen optar por el de celibato por el Reino los Cielos. No se renuncia al amor. Se experimenta el amor de Dios, se le elige a Él como el Amor absoluto de la vida y se ama a los demás por amor a Dios.
Imprescindible para una buena elección
1.- Querer cumplir la voluntad de Dios y amarlo sobre todas las cosas.
2.- Examinar a qué vocación te llama Dios, teniendo en cuenta tus cualidades y tus sensibilidades, a la vez que las necesidades que hay en el mundo.
3.- Orar, consultar con algún sacerdote o persona consagrada.
4.- Decidirse, sabiendo que Dios nos necesita para servir a los demás y quiere y puede hacernos felices en nuestra entrega.
¿Tendré vocación?
Cualquier joven responsable se plantea el futuro de su vida: piensa en una profesión, si va a fundar una familia, etc.
Un joven cristiano también se plantea la vida, pero preguntándose: ¿Qué espera Dios de mí? Sabe que Dios quiere la felicidad de cada persona y es capaz de dársela. Vocación significa "llamada": es lo que Dios está llamando a cada uno.
Por la fe estamos todos llamados a vivir la vocación cristiana: ser testigos del amor de Dios en nuestro ambiente, en el trabajo, la familia, etc. Pero hay tres formas de vivir la vocación cristiana:
La vocación de laicos: Los cristianos que ejercen una profesión, viven en medio de la sociedad, se casan normalmente, fundan una familia y en todo tratan de construir el mundo segùn los planes de Dios.
La vocación sacerdotal: Los cristianos que reciben el sacramento del Orden para hacer presente a Jesucristo mediante la predicación de la Palabra de Dios, la celebración de los Sacramentos y el cuidado pastoral de la comunidad (parroquia, grupos, etc.). Para ello se preparan en el Seminario durante seis años y ofrecen su vida en una dedicación total, renunciando a constituir una familia y optando por el celibato consagrado a fin de imitar a Jesucristo y servir más plenamente a todos.
La vocación de vida consagrada: Consagrar la vida al servicio de Dios y de los demás, mediante la ofrenda de los tres votos o consejos evangélicos, a imitación de Jesucristo: la pobreza, la obediencia viviendo en fraternidad y la virginidad consagrada. Esta consagración se puede vivir de dos maneras:
Institutos de vida religiosa: Viven en comunidad y son variados, porque cada uno actualiza y se fija en algún aspecto de la vida de Jesús: la oración (los monjes y monjas contemplativos), el servicio a los pobres, la enseñanza, las obras de misereicordia, la predicación ,educación(religiosos y religiosas de vida activa).
Institutos seculares: Se parecen a los religiosos en que profesan los consejos evangélicos, pero se parecen a los laicos en que trabajan y viven en medio de la sociedad, sin llevar distintivos, sino distinguiéndose por su entrega y radicaclidad evangélica a fin de santificar el trabajo del mundo y las relaciones sociales.
Tanto la vocación sacerdotal como la vida consagrada suponen optar por el de celibato por el Reino los Cielos. No se renuncia al amor. Se experimenta el amor de Dios, se le elige a Él como el Amor absoluto de la vida y se ama a los demás por amor a Dios.
Imprescindible para una buena elección
1.- Querer cumplir la voluntad de Dios y amarlo sobre todas las cosas.
2.- Examinar a qué vocación te llama Dios, teniendo en cuenta tus cualidades y tus sensibilidades, a la vez que las necesidades que hay en el mundo.
3.- Orar, consultar con algún sacerdote o persona consagrada.
4.- Decidirse, sabiendo que Dios nos necesita para servir a los demás y quiere y puede hacernos felices en nuestra entrega.
viernes, 14 de agosto de 2009
Cuando Dios llama nada ni nadie lo detiene
Cuando Dios llama, LLAMA; y nadie ni nada lo detiene… y Él nos busca, golpea a la puerta de nuestro corazón, nos habla de mil maneras, nos demuestra su amor y respeta nuestra libertad. De a poco nos va mostrando su Voluntad sobre nuestra vida, y a medida que vamos discerniendo su Voluntad, al darnos cuenta que Él nos llama a seguirlo más de cerca, sentimos la necesidad de darlo TODO, pero no sólo de dar algo de nuestro tiempo, nuestros talentos, trabajos… sentimos que queremos DARNOS, que no alcanza con darle ALGO a Dios, ¡debemos darle TODO! Claro que esto no es algo que se vive de un día para el otro, es un camino que lleva su tiempo recorrerlo, pero que si abrimos grande el corazón al Señor, a su Palabra, a su Gracia, ÉL va obrando en nosotros.
Cuando entré a séptimo grado en el Colegio Mallinckrodt en 1997, conocí por primera vez a las Hermanas de la Caridad Cristiana. Era la primera vez que tenía contacto directo con Hermanas. Dios se valió de ellas para mostrarme lo FELIZ que es la vida de intimidad con Él y la alegría que se vive al pertenecerle por completo a Él.
En mi casa soy la mayor de nueve hermanos, por lo tanto amo la vida en familia y siempre agradezco a Dios los padres y hermanos que Él me regaló, ya que SIN DUDA han sido y son un gran apoyo en mi vocación religiosa. Cuando era chica, una vez mamá nos dijo: “Los Sacerdotes y las Hermanas sienten un LLAMADO de DIOS para seguir ese camino”… esta frase se me grabó en el corazón y en la mente, me quedé pensando en eso; y en el primer retiro espiritual que hice en 7º grado en la Casa de Ejercicios Espirituales del Colegio, me acuerdo que anoté en mi cuaderno: “Me parece que recibí ese llamado del cual mamá nos habló”… me pasaba que miraba a las Hermanas en el Colegio, y me imaginaba y soñaba con ser Hermana. Su vida me atraía, me encantaba ir a la capilla del Colegio, y quedarme rezando, o cantando con mis amigas.
El tiempo pasó y en los primeros años de secundaria sentía que mi camino era el matrimonio, me imaginaba casada y con muchos hijos; ¡hasta pensaba qué nombres les pondría! Y en tercer año tuve la gracia de ir a la Jornada Mundial de la Juventud, en Roma. El Papa Juan Pablo II nos dijo uno de esos días: “Queridos jóvenes, si alguno de ustedes siente en sí el llamado a darse por entero a Dios, ¡no tengan miedo de darle el SÍ!” Sentí que el Papa me lo decía a mí; esa peregrinación fue una gracia que Dios me regaló y que me fortaleció mucho. Fuimos también a Alemania, acompañadas por Hermanas del Colegio, y llegar al país de la Madre Paulina, Fundadora de la Congregación, fue una experiencia inolvidable. A la vuelta de ese viaje, empecé a sentir con más fuerza el llamado de Dios que me invitaba a dejarlo todo, para ser totalmente suya en la vida religiosa. Fue entonces que me acerqué para hablar con una de las Hermanas, para confiarle lo que estaba viviendo y hacerle todas las preguntas que tenía. El tiempo fue pasando, lo fui hablando con mis padres que me apoyaron y alentaron a conocer la Voluntad de Dios para mi vida, por eso empecé la dirección espiritual con un sacerdote que me ayudó mucho a descubrir si la vida religiosa era o no mi camino. Tenía mucha paz interior, y gran alegría a la vez.
Las Hermanas me acompañaron mucho en mi discernimiento. Y hoy, hago mías palabras de una de ellas que me dijo al comienzo de mi discernimiento vocacional: “La vocación a la vida religiosa es un TESORO, que debemos cuidarlo con la oración, los sacramentos, la lectura de la Palabra de Dios”. Pienso que toda chica cristiana debe plantearse en serio si Dios la llama o no… estos medios que mencioné nos ayudan a discernir la propia vocación; es en la oración donde Dios nos va hablando y mostrando en nuestro corazón cuál es SU VOLUNTAD para nosotros. Y más allá de que se tenga vocación religiosa o no, TODO cristiano debe rezar por el aumento de vocaciones sacerdotales y religiosas, y por la perseverancia en la vocación; porque la Iglesia necesita sacerdotes y religiosos SANTOS que sigan anunciando el Evangelio y testimoniando a Cristo con la propia vida. ¡Unámonos en oración en esta intención!
Ser llamada a la vida religiosa, es un detalle de AMOR de Dios para con la persona llamada, elegida por Él; es enamorarse de Dios que nos amó primero, y entregarse a Él, para ser totalmente suya y anunciarlo a los demás.
Hna. María Luisa
Si crees que Dios te llama a la vida religiosa
Y quieres conocer más acerca del Carisma y Espiritualidad de las
Hermanas de la Caridad Cristiana escríbenos a:
hnamagranr@gmail.com
jueves, 13 de agosto de 2009
Darse uno mismo ,eso es amar
.“Dar alegría y felicidad, DARSE UNO MISMO, eso es AMAR”
160° Aniversario de la fundación de nuestra Congregación, un “pequeño” jubileo
El próximo 21 de agosto, las Hermanas de la Caridad Cristiana estaremos celebrando el 160° aniversario de la Fundación de nuestra querida Congregación. La Hna. Adalberta, actual Superiora General, en su carta del pasado 27 de marzo refiriéndose al próximo 21 de agosto escribe: “miraremos hacia atrás con especial gratitud por la conducción de Dios durante los pasados 160 años. Esta retrospección fortalecerá también nuestra confianza en que el Señor continuará caminando con nosotras”.
“Te agradezco de todo corazón. Toda mi alma, toda mi vida sea gratitud para contigo”, con estas palabras de la Madre Paulina, queremos expresarle a Dios nuestra gratitud por su infinito amor, que nos ha sostenido y guiado a lo largo de estos 160 años. Alabamos al Señor por el inestimable don que nos hizo en la Madre Paulina y en cada Hermana, desde la fundación de la Congregación hasta el día de hoy.
Como preparación para este gran aniversario, es bueno profundizar en la vida de la Madre Paulina; conocerla más, y tratar de imitarla. El Padre Berhorst, en la oración fúnebre en el día del entierro de la Madre Paulina dijo: “En verdad, una vida extraordinariamente grande e importante ha terminado con la muerte de Paulina von Mallinckrodt. Si el libro de los Proverbios dice: “¿Quién encuentra una mujer fuerte?”, nosotros podemos contestar hoy: aquí hemos encontrado el alma de una mujer fuerte; fuerte por sus dones naturales, fuerte por la gracia de Dios, fuerte en el combate contra el mal, fuerte en la prosperidad, fuerte en la adversidad. Lo que ella ha trabajado, sufrido, combatido y fundado, todo esto sobrevivirá hasta las generaciones venideras. ¡Quiera Dios que todos los que hemos tenido la dicha de conocerla imitemos sus virtudes, y muy en particular su amor al prójimo”.
La Madre Paulina y el olvido de sí misma…
La vida de la Madre Paulina fue una ENTREGA AMOROSA y CONSTANTE a Dios y al prójimo. De su unión íntima con Jesús Eucaristía ella sacaba fuerzas para servir a las Hermanas y a quienes la rodeaban. Esa entrega a Dios y al prójimo la lleva a olvidarse de sí misma, a auto trascenderse. Salir de sí misma para servir a Cristo en el prójimo, a Cristo en sus Hermanas, en los queridos ciegos; no sólo a aquellos privados de la visión, sino también a quienes padecían la ceguera de la FE, a quienes vivían en la noche, alejados de Dios.
La Madre Paulina llevó la caridad de Cristo a todos en un servicio alegre y cordial. Ella se detenía ante las personas y las miraba, no con una mirada intelectual, sino con una mirada de AMOR. Ella tenía claro que, darse al otro es efectivamente buscar su bien; y que ese amor a los hermanos se expresa en obras. La Madre Paulina amó con amor universal, sus fibras más íntimas estaban hechas para ese amor, para aceptar a todo hermano como su hermano. Cuentan las Hermanas que la cuidaron en su enfermedad días antes de su muerte: “A pesar de los dolores que sentía y de la gran debilidad, sólo se recostó, esperando la llegada de Sor Afra, que venía enferma. “¿Está encendida la estufa, y se ha preparado el desayuno para las Hermanas viajeras?”, preguntó. Apenas las sintió en la portería, la buena Rev. Madre les salió al encuentro, y las saludó con toda amabilidad, como si estuviese sana. (…) El amor de la Rev. Madre para con las enfermas era siempre admirable”. La Madre Paulina nos enseña con su entrega a Dios y al prójimo, que la verdadera felicidad está en el SERVICIO DESINTERESADO a los demás.
Hoy en día tenemos tantos medios de comunicación al alcance de la mano, y sin embargo, no siempre estamos comunicados. A veces, el celular, la computadora, la televisión, el trabajo en exceso, etc., impiden salir de “mí” para mirar al “otro”, para fomentar en la propia familia espacios de escucha, de diálogo, en el que sea posible “comunicarme y escucharte”. Hay muchas formas de servir a Cristo presente en cada uno de nuestros hermanos. En la familia, en el trabajo, en la calle… a veces una simple sonrisa, un amable “muchas gracias”, o un abrazo a alguien que necesita de nuestro consuelo. En el colegio entre los amigos, compartiendo nuestro tiempo y nuestros talentos; en casa ayudando en los quehaceres del hogar; en el trabajo esforzándonos por hacer las cosas bien, para gloria de Dios. La clave está en el AMOR que se pone en todo lo que se hace:
“Señor, dame amor, ante todo, a los de mi casa;
dame sus corazones; que mi amor a ellos se encienda en tu divino amor.
(…) En los pensamientos, palabras y obras
debe reinar la caridad: ¡Señor, enséñamela!”,
Madre Paulina
Que en este año de gracia y bendición para toda la Congregación de las Hermanas de la Caridad Cristiana, y para nuestro querido Colegio, la Madre Paulina nos ayude a abrir nuestro corazón, nuestros ojos, para descubrir a Cristo presente en nuestros hermanos. Que podamos crecer en nuestra entrega, allí donde Dios quiere que estemos. “Señor, haz que te sirvamos con un corazón indiviso y alegre”, Madre Paulina 1849.
Hna.Ma.Luisa
160° Aniversario de la fundación de nuestra Congregación, un “pequeño” jubileo
El próximo 21 de agosto, las Hermanas de la Caridad Cristiana estaremos celebrando el 160° aniversario de la Fundación de nuestra querida Congregación. La Hna. Adalberta, actual Superiora General, en su carta del pasado 27 de marzo refiriéndose al próximo 21 de agosto escribe: “miraremos hacia atrás con especial gratitud por la conducción de Dios durante los pasados 160 años. Esta retrospección fortalecerá también nuestra confianza en que el Señor continuará caminando con nosotras”.
“Te agradezco de todo corazón. Toda mi alma, toda mi vida sea gratitud para contigo”, con estas palabras de la Madre Paulina, queremos expresarle a Dios nuestra gratitud por su infinito amor, que nos ha sostenido y guiado a lo largo de estos 160 años. Alabamos al Señor por el inestimable don que nos hizo en la Madre Paulina y en cada Hermana, desde la fundación de la Congregación hasta el día de hoy.
Como preparación para este gran aniversario, es bueno profundizar en la vida de la Madre Paulina; conocerla más, y tratar de imitarla. El Padre Berhorst, en la oración fúnebre en el día del entierro de la Madre Paulina dijo: “En verdad, una vida extraordinariamente grande e importante ha terminado con la muerte de Paulina von Mallinckrodt. Si el libro de los Proverbios dice: “¿Quién encuentra una mujer fuerte?”, nosotros podemos contestar hoy: aquí hemos encontrado el alma de una mujer fuerte; fuerte por sus dones naturales, fuerte por la gracia de Dios, fuerte en el combate contra el mal, fuerte en la prosperidad, fuerte en la adversidad. Lo que ella ha trabajado, sufrido, combatido y fundado, todo esto sobrevivirá hasta las generaciones venideras. ¡Quiera Dios que todos los que hemos tenido la dicha de conocerla imitemos sus virtudes, y muy en particular su amor al prójimo”.
La Madre Paulina y el olvido de sí misma…
La vida de la Madre Paulina fue una ENTREGA AMOROSA y CONSTANTE a Dios y al prójimo. De su unión íntima con Jesús Eucaristía ella sacaba fuerzas para servir a las Hermanas y a quienes la rodeaban. Esa entrega a Dios y al prójimo la lleva a olvidarse de sí misma, a auto trascenderse. Salir de sí misma para servir a Cristo en el prójimo, a Cristo en sus Hermanas, en los queridos ciegos; no sólo a aquellos privados de la visión, sino también a quienes padecían la ceguera de la FE, a quienes vivían en la noche, alejados de Dios.
La Madre Paulina llevó la caridad de Cristo a todos en un servicio alegre y cordial. Ella se detenía ante las personas y las miraba, no con una mirada intelectual, sino con una mirada de AMOR. Ella tenía claro que, darse al otro es efectivamente buscar su bien; y que ese amor a los hermanos se expresa en obras. La Madre Paulina amó con amor universal, sus fibras más íntimas estaban hechas para ese amor, para aceptar a todo hermano como su hermano. Cuentan las Hermanas que la cuidaron en su enfermedad días antes de su muerte: “A pesar de los dolores que sentía y de la gran debilidad, sólo se recostó, esperando la llegada de Sor Afra, que venía enferma. “¿Está encendida la estufa, y se ha preparado el desayuno para las Hermanas viajeras?”, preguntó. Apenas las sintió en la portería, la buena Rev. Madre les salió al encuentro, y las saludó con toda amabilidad, como si estuviese sana. (…) El amor de la Rev. Madre para con las enfermas era siempre admirable”. La Madre Paulina nos enseña con su entrega a Dios y al prójimo, que la verdadera felicidad está en el SERVICIO DESINTERESADO a los demás.
Hoy en día tenemos tantos medios de comunicación al alcance de la mano, y sin embargo, no siempre estamos comunicados. A veces, el celular, la computadora, la televisión, el trabajo en exceso, etc., impiden salir de “mí” para mirar al “otro”, para fomentar en la propia familia espacios de escucha, de diálogo, en el que sea posible “comunicarme y escucharte”. Hay muchas formas de servir a Cristo presente en cada uno de nuestros hermanos. En la familia, en el trabajo, en la calle… a veces una simple sonrisa, un amable “muchas gracias”, o un abrazo a alguien que necesita de nuestro consuelo. En el colegio entre los amigos, compartiendo nuestro tiempo y nuestros talentos; en casa ayudando en los quehaceres del hogar; en el trabajo esforzándonos por hacer las cosas bien, para gloria de Dios. La clave está en el AMOR que se pone en todo lo que se hace:
“Señor, dame amor, ante todo, a los de mi casa;
dame sus corazones; que mi amor a ellos se encienda en tu divino amor.
(…) En los pensamientos, palabras y obras
debe reinar la caridad: ¡Señor, enséñamela!”,
Madre Paulina
Que en este año de gracia y bendición para toda la Congregación de las Hermanas de la Caridad Cristiana, y para nuestro querido Colegio, la Madre Paulina nos ayude a abrir nuestro corazón, nuestros ojos, para descubrir a Cristo presente en nuestros hermanos. Que podamos crecer en nuestra entrega, allí donde Dios quiere que estemos. “Señor, haz que te sirvamos con un corazón indiviso y alegre”, Madre Paulina 1849.
Hna.Ma.Luisa
domingo, 9 de agosto de 2009
"La paciencia y el amor que todo lo soporta, aportan muchas bendiciones. No podemos esperar que las personas tengan sólo buenas cualidades; también tienen sus defectos. Aquí estamos en un mundo imperfecto. Sólo en el cielo todo es perfección. Y es una obra de misericordia soportar con paciencia lo que no se puede corregir en los demás."
(M.Paulina 1872)
viernes, 17 de julio de 2009
Pensamientos de la Madre Paulina
" Ayúdame Señor para que tenga siempre en mi corazón mi propia salvación y el bienestar y la dirección espiritual de las Hermanas. Quiero suplicarte repetidas veces cada día, ante el Santísimo Sacramento,que me muestres el camino. Y estando en oración ante Ti, hazme oir con frecuencia lo que deseas decirme. ¡Cómo lucharon, rogaron, se esforzaron, lloraron y sufrieron los santos antes de ver claramente lo que debían hacer! Con el tiempo Dios nos mostrará claramente lo que quiere de nosotras."(Beata Paulina)
miércoles, 8 de julio de 2009
Celibato- Virginidad
El celibato por amor a Cristo, y por imitarlo, lo experimentaba Pablo como un bien tan grande para sí mismo, que él se lo deseaba y recomendaba a todo el que fuera capaz de entenderlo y practicarlo: “Sed imitadores míos como yo lo soy de Cristo” (1ª Corintios 11, 1)
Estos son los fundamentos cristianos del celibato sacerdotal y de la virginidad consagrada en la Iglesia católica.Ellos han sido revelados por Dios y siguen siendo suscitados por el Espíritu Santo en los fieles que Dios elige para marcarlos con este carisma. Los que reciben este carisma entienden lo que practican y saben de su existencia por experiencia propia, porque lo practican. Es decir, experimentan en sí mismos, que Dios les hace posible lo que saben también que sería imposible por sus solas fuerzas.
La Virginidad consagrada en la Iglesia Católica, es un signo de la Victoria de Cristo sobre la impureza y el pecado. Es como una bandera, destinada a animar a los que luchan con la concupiscencia, en los ejércitos de la pureza de corazón.
----------------
[Nota: He escrito un libro sobre la Vida Religiosa y los tres votos en la Iglesia católica, que se llama así: "Signos de Su Victoria" prologado por el actual arzobispo de Buenos Aires Jorge Mario Cardenal Bergoglio (Ediciones Diego de Torres, San Miguel, Buenos Aires 1982). Puede consultarse en Internet: http://www.horaciobojorge.org/ o en http://ar.geocities.com/horaciobojorge/religiosos.html ]----------------
El hecho de que muchos no lo entiendan, porque no se sienten capaces, o no creen posible guardarlo, no invalida la revelación divina, la palabra de Jesucristo ni la obra del Espíritu Santo, que deberían admirar como tanto más milagrosa cuanto más imposible y contranatural les resulta.
Que haya también en este aspecto- como en tantos otros de la vida humana y cristiana -, claudicaciones, ficciones hipócritas, religiosos, religiosas, sacerdotes y hasta obispos indignos, en una palabra miseria y pecado, no invalida ni la revelación, ni la acción divina donde ella está, visible o invisible, aceptada o no.El celibato por el Reino de los Cielos y la virginidad consagrada son sellos que pone el Espíritu Santo en la carne de la Iglesia católica, Esposa de Cristo, como dones divinos con que el Esposo enjoya a su Esposa, y sólo a ella.Pero… son también un test proyectivo en el que se proyecta el estado espiritual e interior de muchos que dan por imposible lo que ellos no pueden, o por equivocado lo que ellos no entienden.La realidad es más amplia de lo que nos entra en la cabeza… ¡por suerte!
Estos son los fundamentos cristianos del celibato sacerdotal y de la virginidad consagrada en la Iglesia católica.Ellos han sido revelados por Dios y siguen siendo suscitados por el Espíritu Santo en los fieles que Dios elige para marcarlos con este carisma. Los que reciben este carisma entienden lo que practican y saben de su existencia por experiencia propia, porque lo practican. Es decir, experimentan en sí mismos, que Dios les hace posible lo que saben también que sería imposible por sus solas fuerzas.
La Virginidad consagrada en la Iglesia Católica, es un signo de la Victoria de Cristo sobre la impureza y el pecado. Es como una bandera, destinada a animar a los que luchan con la concupiscencia, en los ejércitos de la pureza de corazón.
----------------
[Nota: He escrito un libro sobre la Vida Religiosa y los tres votos en la Iglesia católica, que se llama así: "Signos de Su Victoria" prologado por el actual arzobispo de Buenos Aires Jorge Mario Cardenal Bergoglio (Ediciones Diego de Torres, San Miguel, Buenos Aires 1982). Puede consultarse en Internet: http://www.horaciobojorge.org/ o en http://ar.geocities.com/horaciobojorge/religiosos.html ]----------------
El hecho de que muchos no lo entiendan, porque no se sienten capaces, o no creen posible guardarlo, no invalida la revelación divina, la palabra de Jesucristo ni la obra del Espíritu Santo, que deberían admirar como tanto más milagrosa cuanto más imposible y contranatural les resulta.
Que haya también en este aspecto- como en tantos otros de la vida humana y cristiana -, claudicaciones, ficciones hipócritas, religiosos, religiosas, sacerdotes y hasta obispos indignos, en una palabra miseria y pecado, no invalida ni la revelación, ni la acción divina donde ella está, visible o invisible, aceptada o no.El celibato por el Reino de los Cielos y la virginidad consagrada son sellos que pone el Espíritu Santo en la carne de la Iglesia católica, Esposa de Cristo, como dones divinos con que el Esposo enjoya a su Esposa, y sólo a ella.Pero… son también un test proyectivo en el que se proyecta el estado espiritual e interior de muchos que dan por imposible lo que ellos no pueden, o por equivocado lo que ellos no entienden.La realidad es más amplia de lo que nos entra en la cabeza… ¡por suerte!
(Padre Horacio Bojorge.SJ)
La Beata Paulina y su amor a la Eucaristía
A la edad de veinte años su confesor le permitió comulgar diariamente. Esto sucedió setenta años antes de que el Papa Pío X permitió a los fieles comulgar frecuentemente. Comulgar diariamente parece muy fácil decirlo. En la época de Paulina tenía un significado heróico. Ella diariamente hacía 10 km para ir desde Böddeken donde vivía hasta la Parroquia de Wewelsburg y poder asistir a la Misa; y esto muy temprano por la mañana. De regreso a su casa se encontraba con muchos enfermos que solicitaban su ayuda. La comunión diaria va muy de la mano con el amor al pròjimo.
Este amor a Jesús Eucaristía era el alma de su vida. Así se sabe que cuando emprendía largos viajes para visitar a sus hijas diseminadas por Alemania, América del Norte y América del Sur, lo primero que preguntaba era por la Misa para poder comulgar. En ocasiones habiendo viajado toda la noche y llegando a las 9hs. a cierto lugar, fue desde la estación del ferrocarril directamente a la Iglesia para recibir a Jesús Eucaristía. Que este amor entrañable de nuestra Madre Fundadora por el Santísimo nos interpele cada día a prepararnos concientemente a recbirlo con renovado fervor." El amor al Santísimo Sacramento es mi vida , mi felicidad, a El le debo la gracia de mi vocación"
domingo, 5 de julio de 2009
160 años de la Fundación de la Congregación
¡ 160 años de la Fundación de la Congregación!
[Photo]La Beata Paulina von Mallinckrodt, fundó la Congregación de las Hermanas de la Caridad Cristiana, Hijas de la Bienaventurada Virgen María de la Inmaculada Concepción. La Beata Paulina, nació el 3 de junio de 1817 en Minden, Alemania. Fundó la Congregación el 21 de agosto de 1849 en Paderborn, Alemania. Muere el 30 de abril de 1881 en Paderborn. Fueproclamada Beata el 14 de abril de 1985 por el Papa Juan Pablo II en Roma.Su espiritualidad: Entregrar la caridad de Cristo a todosSu ideal: Cristo en la Eucaristía " El Santísimo Sacramento es mi vida, mi felicidad. A Él le debo la gracia de mi vocación"Su Madre y Modelo: La Virgen Inmaculada " Que La Santísima Virgen María sea mi guía, que yo sea una verdadera hija de María Inmaculada"Su fuerza: La oración y la unión con la Iglesia " La oración es la vida del alma." " Donde está la Iglesia allí está el espíritu de Dios"Fundaciones: Alemania Estados Unidos Italia Filipinas Chile Uruguay Argentina
jueves, 18 de junio de 2009
Institutos de Vida Consagrada
CONGREGACIÓN PARA LOS INSTITUTOS DE VIDA CONSAGRADA Y LAS SOCIEDADES DE VIDA APOSTÓLICA
Fundada por Sixto V el 27 de mayo de 1586 con el título de S. Congregatio super consultationibus regularium y confirmada con la Constitución Immensa (22 de enero de 1588) fue unida en 1601 con la Congregatio pro consultationibus episcoporum et aliorum praelatorum.
San Pio X con la Constitución Sapienti consilio (29 de junio de 1908) separó de nuevo las dos instituciones y, habiendo subordinado a los Obispos a la Consistorial, hizo autónoma la Congregación de Religiosos. Con la Constitución Regimini Ecclesiae Universae del 15 agosto 1967 de Pablo VI, la Congregación de Religiosos fue denominada Congregación para los Religiosos y los Institutos seculares. La Constitución Apostólica Pastor Bonus del 28 de junio de 1988, de Juan Pablo II, cambió el título en Congregación para los Institutos de vida consagrada y las Sociedades de vida apostólica, CIVCSVA. Esta se ocupa de todo lo que se refiere a los Institutos de vida consagrada (Órdenes y Congregaciones religiosas, masculinas o femeninas, Institutos seculares), y a las Sociedades de vida apostólica en cuanto a régimen, disciplina, estudios, bienes, derechos, privilegios.
Es también competente para lo que concierne a la vida eremita, las vírgenes consagradas y las relativas asociaciones y las nuevas formas de vida consagrada.
Su competencia se extiende a todos los aspectos de la vida consagrada: vida cristiana, vida religiosa, vida clerical; es de carácter personal, no tiene límites territoriales; algunas determinadas cuestiones de sus miembros se remiten, sin embargo, a la competencia de otras Congregaciones. Dispensa también del derecho común a aquellos que le están sujetos.
Es competente, además, para las Asociaciones de fieles eregidas con el fin de convertirse en Institutos de vida consagrada o Sociedades de vida apostólica y para las Terceras Órdenes seculares.
Desde el 23 de octubre de 1951, funciona en la Congregación la Escuela Práctica de Teología y Derecho de los Religiosos, y desde mayo de 1975 se edita el Boletín Informationes S.C.R.I.S. que publica artículos en varios idiomas.
Las oficinas están en el Palacio de las Congregaciones, 00193 Roma, Italia, Plaza Pio XII,3.
Teléfonos: Su Eminencia el Cardenal Prefecto +39. 06. 69884121Su Excelencia Mons. Arzobispo Secretario +39. 06. 69884584Información: +39. 06. 69884128; +39. 06. 69884980Fax: +39. 06. 69884526
E-mail: civcsva.pref@ccscrlife.va (Prefecto)civcsva.segr@ccscrlife.va (Secretario)vati059@ccscrlife.va (Información)
INSTITUTOS DE VIDA CONSAGRADASOCIEDADES DE VIDA APOSTOLICA
Los Institutos religiosos y los Institutos seculares son las dos categorías que componen principalmente el estado de la vida consagrada por la profesión de los consejos evangélicos en la Iglesia; en algunos aspectos las Sociedades de vida apostólica (can. 731 § 1) tienen una legislación canónica semejante a la de los Institutos de vida consagrada, aunque formando categoría aparte.
Son consagrados aquellos laicos o clérigos que profesan los consejos evangélicos por medio de un vínculo sagrado, llegando a ser miembros de un Instituto de vida consagrada (can. 573 § 2).
Los Institutos de vida consagrada son sociedades eclesiásticas erigidas, aprobadas y competentemente organizadas por la Iglesia a través de una adecuada legislación general y particular (Reglas, Constituciones, Estatutos) para que pueda en ellas suficiente y oficialmente profesarse el estado de vida de consagración (can. 576).
Los Institutos de derecho pontificio son aquellos erigidos o aprobados por la Santa Sede mediante decreto formal. Los Institutos de derecho diocesano son aquellos erigidos por los Obispos y que no han recibido de la Sede Apostólica el decreto de aprobación (can. 589). El Anuario Pontificio registra solamente los Institutos de derecho pontificio.
INSTITUTOS RELIGIOSOS
El estado religioso es un estado público y completo de vida consagrada. A los preceptos comunes para todos los fieles se añaden los tres consejos evangélicos de castidad, pobreza y obediencia, obligatorios por medio de los votos perpetuos o temporales que se han de renovar al vencer el plazo (can. 607 § 2), pero siempre públicos, es decir, aceptados como tales por la Iglesia (can. 1192 § 1). Este estado religioso comporta la vida fraterna en comunidad y un apartamiento del mundo que sea propio del carácter y la finalidad de cada Instituto (can. 607 § 2 y 3).
Se llaman Ordenes (Ordenes regulares) aquellos Institutos en los que según la propia historia e índole o naturaleza, se emiten votos solemnes, al menos por una parte de sus miembros. Todos los miembros de las Ordenes se llaman Regulares, y si son de sexo femenino, Monjas. Los demás Institutos religiosos se llaman Congregaciones o Congregaciones religiosas y sus miembros Religiosos de votos simples (can. 1192 §2). Las Ordenes preceden históricamente a las Congregaciones.
En el Código de Derecho Canónico se denominan Institutos clericales aquellos que, según el proyecto del fundador, o bien en virtud de una legítima tradición, se hallan bajo la dirección de clérigos, asumen el ejercicio del orden sagrado y como tales están reconocidos por la Iglesia (can. 588 § 2). Si, por el contrario, el patrimonio propio del Instituto no incluye el ejercicio del orden sagrado y es reconocido como tal por la Iglesia, se llama Instituto laical (can. 588 § 3).
En el Código los Institutos Religiosos están regulados por una disciplina común. Subsisten, no obstante, las diversas categorías que responden a las varias formas que la vida religiosa ha asumido en el curso de la historia.
De cada una de estas formas se da a continuación un brevísimo perfil histórico respetando el orden cronológico.
Los Canónigos Regulares, que unen el estado y oficio clerical con la observancia de la vida comunitaria religiosa y de los consejos evangélicos, toman su propio origen de la comunidad clerical que vivía junto al Obispo. Fue San Agustín, a finales del s. IV y principios del s. V, quien dió a esta forma de vida religiosa los trazos más característicos.
Los monjes, desde el punto de vista histórico, son los primeros religiosos que vivían en comunidad. En la primera mitad del s. IV las zonas desérticas de Egipto septentrional se poblaron de colonias de eremitas, cuyos dichos se recogieron en los Apophtegmata Patrum. Algunos de estos eremitas reunieron en torno a sí grupos de discípulos, que dieron origen al cenobitismo egipcio o pacomiano, caracterizado por una disciplina fuerte, a veces ruda. Durante el mismo s. IV, surgió en Asia Menor, bajo la guía doctrinal de S. Basilio, un cenobitismo basado en la noción de comunidad-Iglesia-cuerpo de Cristo.
En Occidente el monacato aparece con matices diversos en casi todos los países, durante el mismo s. IV. Prevalece empero desde el s. VI el monacato benedictino.
Aunque frecuentemente en el curso de los siglos se ha unido de hecho a la vida monástica el sacerdocio y el apostolado en sus varias formas, sin embargo monacato como tal no comporta ninguna unión necesaria con la vida clerical y con el apostolado individual en manera alguna.
En la actualidad la organización monástica tiene la característica de ser autónoma es decir no centralizada, siendo autónomas (sui iuris) cada una de las Abadías o Prioratos conventuales: ello comporta una mayor amplitud en los poderes del Superior local (Abad, Prior), y una menor dependencia del Superior General, si existe, y además cada casa tiene el propio noviciado.
El monacato actual puede reducirse a cinco tipos: dos occidentales (benedictino y cartujo) y tres orientales (paulino, antoniano y basiliano).
Las Ordenes Mendicantes, que a partir de primeros del s. XIII se unieron a los Monjes, toman el nombre de la pobreza corporativa que completa la pobreza individual y comporta la incapacidad de poseer también como entidad. Además de este severo carácter de la pobreza, al que para casi todas las Ordenes fue después, por las circunstancias de los tiempos, más o menos ampliamente derogado, los Mendicantes tienen otro carácter común, es decir la unión de la vida regular al ministerio sacerdotal, apostólico, misionero, o caritativo en diversas formas. Es además característica común de los Mendicantes, por ellos introducido y después transmitido a las formas religiosas posteriores, la centralización del régimen que tiene como cabeza a un Superior supremo con plenos poderes, y la organización en Provincias.
Los Clerigos Regulares aparecen en el s. XVI y en los primeros años del s. XVII. Tienen como fundamento del apostolado sacerdotal, en el sentido más pleno de la palabra, la vida regular que acomodan a las diversas necesidades de los tiempos, sin hacerla menos severa.
A finales del s. XVI y en el s. XVII aparecen en la Iglesia las Congregaciones Religiosas Clericales. Son algunas pias asociaciones de clérigos, y después también de laicos, que viven en comunidad y sin querer llegar a ser verdaderas Ordenes religiosas, se dedican, además, a la propia perfección, al apostolado o a obras de caridad.
A finales del s. XVII surgen las Congregaciones Religiosas Laicales; se trata de diversas comunidades de laicos dedicados principalmente a la instrucción (enseñanza y catequesis) de los niños y de los jóvenes; persiguen también otras finalidades, p. ej. el cuidado de los enfermos, encarcelados, desocupados. De hecho excluyen formalmente los propios miembros del sacerdocio; alguna vez, sin embargo, admiten que algunos de ellos reciban el orden sacerdotal para desarrollar la labor de capellanes de la comunidad laical. Desde mitad del s. XIX, las Congregaciones religiosas laicales son mayormente femeninas.
INSTITUTOS SECULARES
Los precedentes históricos de estos Institutos se remontan a finales del s. XVI, aunque el reconocimiento jurídico y el propio encuadramiento entre los estados de vida consagrada aprobados por la Iglesia ha tenido lugar solamente el 2 de febrero de 1947, con la Constitución Apostólica Provida Mater Ecclesia.
Los fieles consagrados a Dios en los Institutos seculares practican la "sequela Christi", mediante la profesión de los tres consejos evangélicos obligatorios por un vínculo sagrado, y entregan la propia vida a Cristo y a la Iglesia, comprometiéndose en la santificación del mundo sobre todo trabajando desde dentro de él (can. 710).
Con el apelativo de seculares se ha querido subrayar que la persona que profesa este estado de vida consagrada no modifica la condición que tiene en el siglo y que continúa viviendo y actuando en medio del pueblo de Dios sin salir del propio ambiente social (can. 711; can. 713 § 2) según el modo de vida secular que les es propio.
Los Institutos seculares pueden ser clericales o laicales, masculinos o femeninos.
SOCIEDADES DE VIDA APOSTOLICA
Las Sociedades de vida apostólica, llamadas primero, en el Código de derecho canónico del 1917 "Sociedades de hombres o de mujeres que viven en común sin votos", han sido definidas así en el can. 731 § 1 y 2 del Código promulgado en 1983:
"A los Institutos de vida consagrada se asemejan las sociedades de vida apostólica, cuyos miembros, sin votos religiosos, buscan el fin apostólico propio de la sociedad y, llevando vida fraterna en común, según el propio modo de vida, aspiran a la perfección de la caridad por la observancia de las constituciones. Entre éstas existen sociedades cuyos miembros abrazan los consejos evangélicos mediante un vínculo determinado por las constituciones".
San Felipe Neri puede ser considerado como el padre de las Sociedades de vida apostólica masculinas, tal y como nosotros hoy las conocemos, y San Vicente de Paúl el de las Sociedades femeninas.
Las Sociedades de vida apostólica pueden ser clericales o laicales, masculinas o femeninas.
FEDERACIONES DE LOS INSTITUTOSDE VIDA CONSAGRADAY DE LAS SOCIEDADES DE VIDA APOSTOLICA
El primer Congreso general de los Estados de perfección, reunido en Roma los primeros días de diciembre del Año Santo 1950, invitó a los Institutos religiosos y seculares, masculinos y femeninos de las distintas Naciones a unirse en Federaciones, o Conferencias, o Consejos de Superiores Mayores. Tales organizaciones de Derecho Pontificio, se extendieron bien pronto en casi todas las Naciones (can. 708). Estas conferencias de Superiores Mayores tienen sus propios estatutos aprobados por la Santa Sede, a la que corresponde erigirlas (can. 709). Existen, además, aprobadas por la Sede Apostólica, Uniones mundiales (de Superiores y de Superioras Generales) y Continentales (en América Latina y en Europa).
Con fecha 23 de mayo 1974, la Congregación ha atribuído personalidad jurídica a la Conferencia Mundial de los Institutos seculares (CMIS).
Fundada por Sixto V el 27 de mayo de 1586 con el título de S. Congregatio super consultationibus regularium y confirmada con la Constitución Immensa (22 de enero de 1588) fue unida en 1601 con la Congregatio pro consultationibus episcoporum et aliorum praelatorum.
San Pio X con la Constitución Sapienti consilio (29 de junio de 1908) separó de nuevo las dos instituciones y, habiendo subordinado a los Obispos a la Consistorial, hizo autónoma la Congregación de Religiosos. Con la Constitución Regimini Ecclesiae Universae del 15 agosto 1967 de Pablo VI, la Congregación de Religiosos fue denominada Congregación para los Religiosos y los Institutos seculares. La Constitución Apostólica Pastor Bonus del 28 de junio de 1988, de Juan Pablo II, cambió el título en Congregación para los Institutos de vida consagrada y las Sociedades de vida apostólica, CIVCSVA. Esta se ocupa de todo lo que se refiere a los Institutos de vida consagrada (Órdenes y Congregaciones religiosas, masculinas o femeninas, Institutos seculares), y a las Sociedades de vida apostólica en cuanto a régimen, disciplina, estudios, bienes, derechos, privilegios.
Es también competente para lo que concierne a la vida eremita, las vírgenes consagradas y las relativas asociaciones y las nuevas formas de vida consagrada.
Su competencia se extiende a todos los aspectos de la vida consagrada: vida cristiana, vida religiosa, vida clerical; es de carácter personal, no tiene límites territoriales; algunas determinadas cuestiones de sus miembros se remiten, sin embargo, a la competencia de otras Congregaciones. Dispensa también del derecho común a aquellos que le están sujetos.
Es competente, además, para las Asociaciones de fieles eregidas con el fin de convertirse en Institutos de vida consagrada o Sociedades de vida apostólica y para las Terceras Órdenes seculares.
Desde el 23 de octubre de 1951, funciona en la Congregación la Escuela Práctica de Teología y Derecho de los Religiosos, y desde mayo de 1975 se edita el Boletín Informationes S.C.R.I.S. que publica artículos en varios idiomas.
Las oficinas están en el Palacio de las Congregaciones, 00193 Roma, Italia, Plaza Pio XII,3.
Teléfonos: Su Eminencia el Cardenal Prefecto +39. 06. 69884121Su Excelencia Mons. Arzobispo Secretario +39. 06. 69884584Información: +39. 06. 69884128; +39. 06. 69884980Fax: +39. 06. 69884526
E-mail: civcsva.pref@ccscrlife.va (Prefecto)civcsva.segr@ccscrlife.va (Secretario)vati059@ccscrlife.va (Información)
INSTITUTOS DE VIDA CONSAGRADASOCIEDADES DE VIDA APOSTOLICA
Los Institutos religiosos y los Institutos seculares son las dos categorías que componen principalmente el estado de la vida consagrada por la profesión de los consejos evangélicos en la Iglesia; en algunos aspectos las Sociedades de vida apostólica (can. 731 § 1) tienen una legislación canónica semejante a la de los Institutos de vida consagrada, aunque formando categoría aparte.
Son consagrados aquellos laicos o clérigos que profesan los consejos evangélicos por medio de un vínculo sagrado, llegando a ser miembros de un Instituto de vida consagrada (can. 573 § 2).
Los Institutos de vida consagrada son sociedades eclesiásticas erigidas, aprobadas y competentemente organizadas por la Iglesia a través de una adecuada legislación general y particular (Reglas, Constituciones, Estatutos) para que pueda en ellas suficiente y oficialmente profesarse el estado de vida de consagración (can. 576).
Los Institutos de derecho pontificio son aquellos erigidos o aprobados por la Santa Sede mediante decreto formal. Los Institutos de derecho diocesano son aquellos erigidos por los Obispos y que no han recibido de la Sede Apostólica el decreto de aprobación (can. 589). El Anuario Pontificio registra solamente los Institutos de derecho pontificio.
INSTITUTOS RELIGIOSOS
El estado religioso es un estado público y completo de vida consagrada. A los preceptos comunes para todos los fieles se añaden los tres consejos evangélicos de castidad, pobreza y obediencia, obligatorios por medio de los votos perpetuos o temporales que se han de renovar al vencer el plazo (can. 607 § 2), pero siempre públicos, es decir, aceptados como tales por la Iglesia (can. 1192 § 1). Este estado religioso comporta la vida fraterna en comunidad y un apartamiento del mundo que sea propio del carácter y la finalidad de cada Instituto (can. 607 § 2 y 3).
Se llaman Ordenes (Ordenes regulares) aquellos Institutos en los que según la propia historia e índole o naturaleza, se emiten votos solemnes, al menos por una parte de sus miembros. Todos los miembros de las Ordenes se llaman Regulares, y si son de sexo femenino, Monjas. Los demás Institutos religiosos se llaman Congregaciones o Congregaciones religiosas y sus miembros Religiosos de votos simples (can. 1192 §2). Las Ordenes preceden históricamente a las Congregaciones.
En el Código de Derecho Canónico se denominan Institutos clericales aquellos que, según el proyecto del fundador, o bien en virtud de una legítima tradición, se hallan bajo la dirección de clérigos, asumen el ejercicio del orden sagrado y como tales están reconocidos por la Iglesia (can. 588 § 2). Si, por el contrario, el patrimonio propio del Instituto no incluye el ejercicio del orden sagrado y es reconocido como tal por la Iglesia, se llama Instituto laical (can. 588 § 3).
En el Código los Institutos Religiosos están regulados por una disciplina común. Subsisten, no obstante, las diversas categorías que responden a las varias formas que la vida religiosa ha asumido en el curso de la historia.
De cada una de estas formas se da a continuación un brevísimo perfil histórico respetando el orden cronológico.
Los Canónigos Regulares, que unen el estado y oficio clerical con la observancia de la vida comunitaria religiosa y de los consejos evangélicos, toman su propio origen de la comunidad clerical que vivía junto al Obispo. Fue San Agustín, a finales del s. IV y principios del s. V, quien dió a esta forma de vida religiosa los trazos más característicos.
Los monjes, desde el punto de vista histórico, son los primeros religiosos que vivían en comunidad. En la primera mitad del s. IV las zonas desérticas de Egipto septentrional se poblaron de colonias de eremitas, cuyos dichos se recogieron en los Apophtegmata Patrum. Algunos de estos eremitas reunieron en torno a sí grupos de discípulos, que dieron origen al cenobitismo egipcio o pacomiano, caracterizado por una disciplina fuerte, a veces ruda. Durante el mismo s. IV, surgió en Asia Menor, bajo la guía doctrinal de S. Basilio, un cenobitismo basado en la noción de comunidad-Iglesia-cuerpo de Cristo.
En Occidente el monacato aparece con matices diversos en casi todos los países, durante el mismo s. IV. Prevalece empero desde el s. VI el monacato benedictino.
Aunque frecuentemente en el curso de los siglos se ha unido de hecho a la vida monástica el sacerdocio y el apostolado en sus varias formas, sin embargo monacato como tal no comporta ninguna unión necesaria con la vida clerical y con el apostolado individual en manera alguna.
En la actualidad la organización monástica tiene la característica de ser autónoma es decir no centralizada, siendo autónomas (sui iuris) cada una de las Abadías o Prioratos conventuales: ello comporta una mayor amplitud en los poderes del Superior local (Abad, Prior), y una menor dependencia del Superior General, si existe, y además cada casa tiene el propio noviciado.
El monacato actual puede reducirse a cinco tipos: dos occidentales (benedictino y cartujo) y tres orientales (paulino, antoniano y basiliano).
Las Ordenes Mendicantes, que a partir de primeros del s. XIII se unieron a los Monjes, toman el nombre de la pobreza corporativa que completa la pobreza individual y comporta la incapacidad de poseer también como entidad. Además de este severo carácter de la pobreza, al que para casi todas las Ordenes fue después, por las circunstancias de los tiempos, más o menos ampliamente derogado, los Mendicantes tienen otro carácter común, es decir la unión de la vida regular al ministerio sacerdotal, apostólico, misionero, o caritativo en diversas formas. Es además característica común de los Mendicantes, por ellos introducido y después transmitido a las formas religiosas posteriores, la centralización del régimen que tiene como cabeza a un Superior supremo con plenos poderes, y la organización en Provincias.
Los Clerigos Regulares aparecen en el s. XVI y en los primeros años del s. XVII. Tienen como fundamento del apostolado sacerdotal, en el sentido más pleno de la palabra, la vida regular que acomodan a las diversas necesidades de los tiempos, sin hacerla menos severa.
A finales del s. XVI y en el s. XVII aparecen en la Iglesia las Congregaciones Religiosas Clericales. Son algunas pias asociaciones de clérigos, y después también de laicos, que viven en comunidad y sin querer llegar a ser verdaderas Ordenes religiosas, se dedican, además, a la propia perfección, al apostolado o a obras de caridad.
A finales del s. XVII surgen las Congregaciones Religiosas Laicales; se trata de diversas comunidades de laicos dedicados principalmente a la instrucción (enseñanza y catequesis) de los niños y de los jóvenes; persiguen también otras finalidades, p. ej. el cuidado de los enfermos, encarcelados, desocupados. De hecho excluyen formalmente los propios miembros del sacerdocio; alguna vez, sin embargo, admiten que algunos de ellos reciban el orden sacerdotal para desarrollar la labor de capellanes de la comunidad laical. Desde mitad del s. XIX, las Congregaciones religiosas laicales son mayormente femeninas.
INSTITUTOS SECULARES
Los precedentes históricos de estos Institutos se remontan a finales del s. XVI, aunque el reconocimiento jurídico y el propio encuadramiento entre los estados de vida consagrada aprobados por la Iglesia ha tenido lugar solamente el 2 de febrero de 1947, con la Constitución Apostólica Provida Mater Ecclesia.
Los fieles consagrados a Dios en los Institutos seculares practican la "sequela Christi", mediante la profesión de los tres consejos evangélicos obligatorios por un vínculo sagrado, y entregan la propia vida a Cristo y a la Iglesia, comprometiéndose en la santificación del mundo sobre todo trabajando desde dentro de él (can. 710).
Con el apelativo de seculares se ha querido subrayar que la persona que profesa este estado de vida consagrada no modifica la condición que tiene en el siglo y que continúa viviendo y actuando en medio del pueblo de Dios sin salir del propio ambiente social (can. 711; can. 713 § 2) según el modo de vida secular que les es propio.
Los Institutos seculares pueden ser clericales o laicales, masculinos o femeninos.
SOCIEDADES DE VIDA APOSTOLICA
Las Sociedades de vida apostólica, llamadas primero, en el Código de derecho canónico del 1917 "Sociedades de hombres o de mujeres que viven en común sin votos", han sido definidas así en el can. 731 § 1 y 2 del Código promulgado en 1983:
"A los Institutos de vida consagrada se asemejan las sociedades de vida apostólica, cuyos miembros, sin votos religiosos, buscan el fin apostólico propio de la sociedad y, llevando vida fraterna en común, según el propio modo de vida, aspiran a la perfección de la caridad por la observancia de las constituciones. Entre éstas existen sociedades cuyos miembros abrazan los consejos evangélicos mediante un vínculo determinado por las constituciones".
San Felipe Neri puede ser considerado como el padre de las Sociedades de vida apostólica masculinas, tal y como nosotros hoy las conocemos, y San Vicente de Paúl el de las Sociedades femeninas.
Las Sociedades de vida apostólica pueden ser clericales o laicales, masculinas o femeninas.
FEDERACIONES DE LOS INSTITUTOSDE VIDA CONSAGRADAY DE LAS SOCIEDADES DE VIDA APOSTOLICA
El primer Congreso general de los Estados de perfección, reunido en Roma los primeros días de diciembre del Año Santo 1950, invitó a los Institutos religiosos y seculares, masculinos y femeninos de las distintas Naciones a unirse en Federaciones, o Conferencias, o Consejos de Superiores Mayores. Tales organizaciones de Derecho Pontificio, se extendieron bien pronto en casi todas las Naciones (can. 708). Estas conferencias de Superiores Mayores tienen sus propios estatutos aprobados por la Santa Sede, a la que corresponde erigirlas (can. 709). Existen, además, aprobadas por la Sede Apostólica, Uniones mundiales (de Superiores y de Superioras Generales) y Continentales (en América Latina y en Europa).
Con fecha 23 de mayo 1974, la Congregación ha atribuído personalidad jurídica a la Conferencia Mundial de los Institutos seculares (CMIS).
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
Entrada destacada
Año dedicado a San José .
"La grandeza de san José consiste en el hecho de que fue el esposo de María y el pa...
-
ALEGRES EN LA ESPERANZA (Rom. 12,12) 1. Que el espíritu de viva alegría nos caracterice, porque da fuerza, vigor y facilida...
-
BEATA MADRE PAULINA VON MALLINCKRODT Paulina von Mallinckrodt fue una mujer que buscó enfrentarse con los muchos desafíos de su...
-
EL MILAGRO ATRIBUIDO A LA MADRE PAULINA El día se presentaba frío y encapotado en Roma el 14 de Abril de 1985, pero la multitud...