sábado, 4 de abril de 2009

Cuando quiero hablar con Dios

Paulina oyó el llamado de Cristo y lo siguió


PAULINA von MALLINCKRODT no se guiaba por consideraciones puramente humanas, sino que estaba firmemente arraigada en Cristo y su Iglesia. Ella oyó el llamado de Cristo y lo siguió. Ella sabe que el seguimiento de Cristo se vive en el mundo. Ella sabe que no está libre de preocupaciones, angustias y ansiedades del mundo, sino que vivir el evangelio exige aceptar esta vida con sus alegrías, pero también con sus contrariedades.
PAULINA está orientada totalmente hacia Dios y al mismo tiempo está atenta a las necesidades del mundo. Ella sabe que Dios está allí, en este mundo, como crucificado en el semblante de los que sufren, de los olvidados, de aquellos que la sociedad descarta. Lo ve en la prójimo. De aquí radica su decisión totalmente entregada a Dios en los más necesitados, en su caso, en los más pobres que son los ciegos. Aquí radica su incasable actividad apostólica, su maternal amor por los ciegos y los abandonados.
Que nuestra vida sea hoy un reflejo por ese amor apasionado por los que más sufren. Por aquellos que hoy son el rostro de Cristo.

martes, 31 de marzo de 2009

"Señor, dame amor, ante todo, a los de mi casa; dame sus corazones; que mi amor a ellos se encienda en tu divino amor. En eso que os amáis los unos a los otros se conocerá que sois mis
discípulos... Señor dame el más íntimo amor al prójimo, un amor que jamás se cansa. El amor es suave, manso, modesto; lo espera todo, no piensa mal... Donde hay caridad y humildad, reina la paz del corazón; de allí se transmite a todo el exterior... En los pensamientos, palabra y obras debe reinar la caridad: ¡Señor, enséñamela! (Beata Paulina)

domingo, 29 de marzo de 2009

El buen Dios sea su Maestro

"Ante todo, no pierdan Uds. el espíritu de oración. Quien abandona a Dios, será abandonada por Él. el cumplimiento de los deberes de estado es indipensablemente necesario; no se debe rezar a costa de los deberes; pero tampoco hay que entregarse de tal manera a los trabajos, que se pierda a Dios y uno se prive de su bendición. Esto es el camino más seguro para perder la paz interior, y perdida ésta, el diablo pesca en las aguas turbias con mucho éxito. Que el bondadosísimo Dios sea su Maestro en su hermosa vocación. Lo que el agua para el pez es la oración para la religiosa" (Beata Paulina)

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