Señor Jesús, así como llamaste un día a los primeros discípulos para hacerlos pescadores de hombres, continúa también ahora haciendo resonar tu dulce invitación ¡VEN Y SÍGUEME! Da a los jóvenes y a las jóvenes la gracia de responder prontamente a tu voz . Sostén es sus fatigas apostólicas a nuestros obispos, sacerdotes y personas consagradas. Da la perseverancia a nuestros seminaristas y a todos los que están realizando un ideal de vida totalmente consagrado a tu servicio.
Suscita en nuestra comunidad el espíritu misionero. Manda, Señor, operarios a tu mies y no permitas que la humanidad se pierda por falta de pastores , de misioneros, de personas entregadas a la causa del Evangelio.
María , Madre de la Iglesia, modelo de toda vocación, ayúdanos a decir SÍ al Señor que nos llama a colaborar en el designio divino de salvación. Amén.