YO
SOY EL CAMINO, LA VERDAD Y LA VIDA.
Juan 14, 6
Pensamientos de la Beata Paulina von Mallinckrodt
1. ¡Oh Señor, imprime
tu imaginen mí, fórmala en mí! Si valió la pena que bajaras del cielo a vivir
aquí 33 años para darme un ejemplo de tu locura de amor y trabajo -¿sería mucho
para mí considerarlo? Mi Señor, quiero meditar en esto día y noche. Infúndelo
siempre más profundamente en mi corazón. Amén. 1853
2. La perfección
cristiana consiste en que nos desprendamos más y más de todo lo que disminuye y
arriesga la semejanza con la imagen de Dios. Consiste en una creciente
similitud con El, con Jesucristo que es el reflejo del esplendor del padre y la
imagen de su esencia. 1849
3. Tómame en tu
escuela, amadísimo Maestro, pues quiero aprender mucho de Ti. Dame gracia y
fuerza para lograrlo. Retiro 1853
4. Sé mi Maestro,
Jesús y dame la fuerza para seguirte. No tomes en cuenta mis preferencias, sino
tu beneplácito, pues para esto me doy a Ti para siempre. Retiro 1848
5. No sé nada. Primero
debo aprenderlo todo del Divino Esposo de mi alma. Le he rogado que me ayude –
y sin duda lo hará. 1857
6. Señor, sé mi
Maestro en todas las cosas y concédeme que pueda amarte con todo mi
corazón. Retiro 1854
7. Que el Señor me
conceda la gracia de pertenecer a Cristo, de poseer el espíritu de Cristo, que
debe expresarse por una profunda y sincera humildad y por el más ardiente
amor. Retiro 1845
8. Cualquier cosa que
haya sido bendecida por Dios, en cualquier parte, debe haber sido fundada en la
humildad. Retiro 1849
9. ¡Esta es la
sabiduría de toda ciencia, que debes estudiar cada mañana y cada día hasta el
fin de tu vida; la humildad de Jesús, el amor de Jesús! Deberías revestirte de
su imagen. Se necesitarán muchos golpes de martillo hasta que esté completa.
Avanza con calma y serenidad – en Dios puedes hacerlo todo. Retiro 1847
10. No son los que se
reúnen para discutir más teorías sobre la perfección, los que progresan más
rápidamente, sino los que actúan, ¡por eso, actuemos! Antes que el corazón se
inflame en el santo amor a Dios, todo lo imperfecto debe desaparecer por la
mortificación. ¿Vamos a ser más sabias que Jesús, el Todo-sabio, que nos ha
mostrado el camino de la obediencia, de la mortificación y el sufrimiento? Fue
considerado un loco por el mundo, y lo mismo pensarán de nosotras. Alegrémonos
porque la locura a los ojos del mundo, es sabiduría de Cristo. Ama, sé pequeña,
únete íntimamente con Dios, y serás perfecta. 1853
11. Mantengamos siempre
la mirada en Jesús. Interior y exteriormente grabemos a Jesús en todo nuestro
ser, pensamientos, palabras y obras, En todo lo que trae consigo cada día,
miremos inmediatamente a Jesús. 1853
12. De aquí en adelante
quiero vivir totalmente pobre y pequeña ante Ti, para que puedas mirarme y yo
busque sólo tu mirada, tu complacencia. Que el resto del mundo, sus juicios y
sus puntos de vista, no signifiquen nada para mí. 1849
13. El fue crucificado.
Yo también quiero y debo serlo. Ese es el verdadero camino, la verdad y la vida
para nosotras. El camino más seguro en que nadie se equivoca. 1853
14. Permíteme caminar
sinceramente ante Ti, con mansedumbre serena y cálida, con sumisión y humildad
para que todo el que esté en contacto conmigo, pueda reconocerme como
discípula, ¡oh Maestro, el más manso y humilde! Retiro 1844
15. Jesús ha amado
hasta la muerte en cruz. Que ésa sea mi medida. Retiro 1843
16. ¡Estudia a Jesús!:
amor es todo su actuar; amor su mirada; amor su alabanza; amor su censura; amor
su castigo. 1847
17. Quiero ser tan
paciente como Jesús, mansa humilde, amante como Jesús- porque en la
identificación con Jesús, nuestro Modelo, nuestro Hermano, consiste la
santidad.
Retiro 1854
18. Sin embargo, la
Esposa no puede vivir una alegría imperturbable sabiendo que el Esposo está
clavado en la cruz. Lo acompaña valerosamente en el dolor; permanece bajo la
cruz y ama y sufre; pero no pronuncia ninguna queja. Retiro 1846
19. Debemos pedir el
amor a la cruz. Así veremos con frecuencia las cosas bajo una luz diferente. Retiro 1855
20. El está
crucificado. Yo también quiero y debo ser crucificada. El está coronado de espinas,
yo también lo quiero. Así el alma estará siempre alerta, con el ejemplo y la
palabra de Jesús a mano, y actuar de acuerdo a ellos. Así El será realmente
para nosotras el Camino, la Verdad y la Vida. 1853
21. Jesucristo, ¿quién
puede mirarte en la cruz sin conmoverse profundamente?. Jesús, el siervo no es
más que su Maestro. Mortifícame cuanto quieras. Por la mortificación mantén
vivo mi celo por Ti. Retiro 1842
22. ¡La cruz es el
único camino real al cielo! Por eso debemos amar al cruz, Si hubiera otro
camino mejor, Jesús nos lo habría mostrado. Nos ha precedido en el camino de la
cruz aceptando la más profunda humillación, y ahora nos pide seguirlo fielmente
si queremos heredar su Reino. 1859
23. En su sufrimiento,
Jesús ofreció el sacrificio de su libertad, el sacrificio de sus amistades, el
sacrificio de su salud y vida. ¡Oh Jesús, ayúdame a estar lista para cualquier
sacrificio por Ti! Retiro 1854
24. Aún cuando las
huellas de Jesús están a veces entre espinas, o entre piedras ásperas, en
terrenos desparejos o montañas empinadas, siguen siendo huellas del Señor. Y
cuando el seguimiento es demasiado penoso, El mismo nos impulsa. 1849
25. Amemos de corazón
la cruz que el buen Señor nos ha dado y llevémosla sobre los hombros con
paciencia, hasta que El lo disponga. No tratemos de huir de esta cruz, no sea
que encontremos otra más pesada aún.
1852
26. Como el oro se
purifica en el crisol, así el hombre se acrisola en el fuego de la tribulación.
La cruz es el único camino real al cielo, por eso pidamos la bendición de Dios
para nuestra actividad, llevar con paciencia y aún con alegría, la cruz. Dios
es fiel y no permitirá que seamos tentadas más allá de nuestras fuerzas. 1847
27. Cuando nos vemos
enfrentadas a lo desagradable, miremos
al Señor, y luego, con rapidez, podremos dominar completamente la situación. Cuando
haya pasado la ocasión, debemos prepararnos para nuevas dificultades. 1854
28. ¡En nuestra
debilidad miremos al Corazón de Jesús! Sus tesoros nos pertenecen y son nuestra
riqueza. Luego, nuestras buenas obras y virtudes también adquieren calor en El.
En todos los acontecimientos de la vida preguntémonos: “¿cómo actuaría y
pensaría Jesús?” Y luego esforcémonos por actuar de acuerdo a ello. ¡Su
mansedumbre, su humildad y amor, su dulzura, su celo por la salvación de las
almas y por la gloria de Dios, su espíritu de penitencia, sean nuestros
principios conductores! Retiro 1855
29. Dame virtudes
sólidas y auténticas, de modo que no sea sólo un faro luminoso, sino que avance
con calma, como un barco en medio de las tempestades. El piloto mira sin cesar
la brújula o la estrella polar, oh
Jesús, sé mi estrella! Si el Señor lo quiere, mandará calmar rápidamente las
tempestades y podremos desembarcar como si no hubiera habido tormenta, como si
hubiéramos navegado siempre en calma. Señor, enséñame el gran arte de avanzar
siempre con serenidad, de crecer continuamente en la vida interior, suceda lo
que suceda. No quiero torcerme una vez a la derecha y otra a la izquierda, sino
seguir hacia delante hacia Ti, mi brújula, mi estrella. Retiro 1854
30. Jesús, concédeme
que tu imagen se grabe en mi; que viva sólo de Ti, y en Ti, y contigo y por Ti.
Tú la Vid y yo el sarmiento. Ayúdame para que todas mis opiniones y puntos de
vista se parezcan tanto a los tuyos, que los demás puedan ver a Cristo en
mí.
Retiro 1854
31. ¡Oh Dios mío,
ayúdame a luchar para que ya no viva yo, sino que Cristo el Señor, viva en mí.
¡Que mi vida esté escondida con Cristo en Dios! Retiro 1859
32. ¡Señor, Tú sabes
que sólo Tú eres la vida de mi alma, mi gran amor, mi luz, mi Dios, mi todo!
Sin Ti, Señor, la vida es muerte y vacío- sin Ti no vale la pena vivir. Retiro 1842
33. Esfuércese por
conseguir un alto grado de santidad. Al final es lo único que importa y es la
meta hacia la que deberíamos tender sobre todo lo demás. La santidad no se
alcanza si no entre cruces y sufrimientos. No nos queda más que tomar
diariamente nuestra cruz, con paciencia, valor y alegría, y llevarla en pos de
Jesús, con energía y amor, cómo y hasta dónde El quiera. 1860
34. Estoy comenzando a
ver con mayor claridad que la resignación a la voluntad de Dios no es
suficiente. Debemos amar la cruz, amarla de todo corazón, y con valentía,
colocarnos la corona de espinas de Jesús en la cabeza.
Retiro
1846