sábado, 14 de septiembre de 2013


¡CON GUSTO HAGO TU VOLUNTAD, OH DIOS!   
  Salmo 40, 9







Seguimos con los pensamientos de la Beata Paulina von Mallinckrodt.

1.    Oh Señor, cuanto me alegro por mi total dependencia de Ti! Mándame lo que quieras y ayúdame a alabarte siempre diciendo: “¡Gracias a Dios!”.                        Retiro 1852

2.     Lo que Dios quiera hacer conmigo, está bien hecho. En cualquier permisión de la Providencia, sea que traiga alegría o pena, exclamaré: “¡Gracias mi Dios!”. El mismo encontrará el justo equilibrio entre la alegría y el dolor. El, que por amor derramó su sangre por mí, no me impondrá nunca una cruz demasiado pesada.                      Retiro 1845

3.     Es mi deseo principal, el único deseo de mi corazón, que se cumpla en mí la Santa Voluntad de Dios.                            Retiro 1847

4.     ¡Oh amadísimo Señor, enséñame el completo desprendimiento de todas las criaturas, de todas mis opiniones, de todas las cosas, para que pueda encontrar más perfectamente el descanso en Ti completamente unida a Ti, en lo íntimo de mi voluntad.  1855
5.    ¿De qué sirve estar dotada de capacidad intelectual si ésta no va unida a una muy profunda humildad, un amor indulgente al prójimo con una total entrega a la Voluntad de Dios y sus permisiones?                   1857

6.     ¡Oh Señor, haz con mi vida entera lo que Tú quieras, ya sea difícil o apacible y grata. Todo me sea indiferente con tal que te agrade a Ti.                                            Retiro 1844

7.    Quiero mirar a Dios y su Santa Voluntad. 
                                                                     Retiro 1850

8.    Quiero mantener la mirada fija en Ti, para cumplir con amorosa prisa cada uno de tus deseos. Mi esfuerzo esté dirigido solamente a tu beneplácito.                         Retiro 1850

9.     Haz que lo más querido para mí sea lo que conduce a Ti. La razón por la que creaste todas las cosas fue para que sirvan como peldaños de la escalera que conduce a Ti en el cielo.                                       Retiro 1853

10.  Pertenece al ejercicio de la virtud y del esfuerzo volver siempre de nuevo a la Voluntad de Dios, como la brújula que busca su centro, A pesar de todas las contrariedades, aspiremos a que se haga la voluntad divina, y el amor de Dios sea el centro de reposo de nuestra voluntad.                  1863

11. Señor, con gusto quiero ser como arcilla entre tus dedos. Haz conmigo lo que quieras, con tal que no retires tu mano de mi. Condúceme como te plazca, por montes y valles, por desiertos y pantanos, por vertientes y peñascos: todo me es igual, mientras Tú me conduzcas, sé que voy avanzando hacia la meta.                                1852                                                                                                                                                                                                                                                   

12.  En todo tiempo quiero estar pronta para el servicio del Señor y responder a su llamada como Samuel: “Habla Señor, que tu sierva escucha”.                                     Retiro 1848

13.  Que Dios no se acomode a nosotras, mas bien dejémonos guiar siempre por El. Cada respiración nuestra debe decirle: “Soy la sirva del Señor, que se haga en mi según has dicho” (Lc. 1,  39).                                   1847

14.  La voluntad de Dios, su cumplimiento, es la meta suprema de todos mis anhelos.     1848

15.  En mi opinión, la perfección individual consiste en cumplir la vocación que Dios nos ha dado, y no en buscar y desear algo más que el cumplimiento de su divina voluntad. 
                                                                     Retiro 1842

16.  ¡Haz que sea como blanda cera en tus manos! ¡Haz conmigo lo que quieras! Retiro 1842

17.  Señor Jesús, Tú sabes cuán indeciblemente feliz estoy, dispuesta para que dispongas de mí según tu agrado.                     Retiro 1846

18.  Apenas conocemos el deseo de Dios, debemos estar dispuestas a renunciar a todo, aún a lo más querido.                   Retiro 1843

19.  Permaneceré donde Dios quiera que esté, para realizar la obra según su voluntad.
                                                                     Retiro 1842

20.  La realización de hechos grandiosos no es tan importante, sino tener buena intención al hacerlo. Aún en las cosas más insignificantes, Dios mira el corazón.         Retiro 1843

21.  Los caminos de Dios son inescrutables. Debemos adorar su santa voluntad siempre y en todas las cosas.                                       1871

22.  Nada importa que algo sea fácil o difícil, agradable o desagradable. ¡Si es la voluntad de Dios, debe hacerse, y punto! ¡Eso lo soluciona todo!                                Retiro 1844

23.  De antemano quiero alabar su santo nombre, ya sea que El dé o quite, Que El no se acomode a mis deseos. Su santa voluntad sea siempre mi ley más amada. Dios me conceda la conformidad con Su voluntad.  
                                                                     Retiro 1844

24. Acepte con paciencia lo que Dios permita que suceda. No busque otra cosa más que la extensión de su Reino y la salvación de las almas inmortales.                           1852

25.  Inclinémonos con la más profunda humildad bajo la mano poderosa de Dios. Adoremos sus santas disposiciones y digamos desde lo más hondo del corazón: “Bendita y alabada se la santa voluntad, siempre digna de adoración e inescrutables en las profundidades y en las alturas.                                   1854

26.  Pongo toda mi confianza en el Señor y espero de su misericordia todo bien. Estoy ansiosa por ir adonde El quiera que esté, y a su debido tiempo me mostrará los caminos y medios para ello.                     1854

27.  Al Señor hay que servirlo con fortaleza. 1840

28.  Quien comienza una obra con firme determinación, ya ha ganado la mitad de la batalla.                                             Retiro 1847

29.  Nunca quiero preguntar, “¿es esto cómodo, no es muy pesada la carga?” Si una obra es para gloria de Dios, debo emprenderla con valor, a pesar de mí misma.             Retiro 1843

30.  Si de verdad la honra de Dios es la única meta de todos mis deseos y aspiraciones, entonces no importa quién las realice, si son para su gloria. Si El quisiera grandes obras y éxitos por mi intermedio, me habría puesto en un lugar donde pudiera hacerlas. Sin embargo ahora, puesto que yo y mi posición son tan insignificantes para ello, me está pidiendo sacrificios personales mucho mayores. Amar la vida oculta: es la lección que debo aprender.                            Retiro 1846

31.  Con gusto quiero hacer todo lo que pueda, pero en este momento no sé qué otra cosa hacer, sino esperar tranquilamente todo lo que Dios ordene o permita.               1862

32.  Amadísimo Señor, haznos conocer tu Santa Voluntad y ayúdanos a correr a cumplirla. 
                                                                     Retiro 1867

33.  Si tenemos éxito en una empresa, que toda la gloria sea para Dios; si salimos frustradas en ella, aceptemos la humillación de todo corazón y con alegría.                                 1841

34.  Dios ha dispuesto bien todas las cosas y seguirá cuidándonos paternalmente. ¿Quién sabe cómo desea ordenar todo al final? A menudo El hace sus planes mucho tiempo antes y los lleva a cabo cuando le place. El Señor ha hecho todo bien.                    1854

35.  ¡Oh Dios, cuídanos con tu Providencia amorosa! Bendito seas por cada lucha, por cada sufrimiento como también por cada alegría que nos envías, porque tanto la pena como el gozo vienen de tu corazón de Padre. Ambas son para nuestra salvación.      1857

36.  Tengo tanta confianza en la bondad de Dios, de que al final la verdad será victoriosa. Sin embargo debemos conocer el momento exacto para mantenernos firmes y no huir enseguida. Con serenidad, valor y reflexión se puede avanzar más, teniendo la protección de Dios. Pero nunca se deben comprometer los principios, ni siquiera por un pelo. Que El buen Dios ordene todo según su beneplácito.                                            1878

37.  Jesús, envíame tu Santo Espíritu y victoriosa superaré todos los obstáculos. Tú eres fuerte en los débiles y esta fuerza vence el mundo con sus vanidades y peligros; desafía el infierno y la debilidad e inconstancia del propio corazón. Señor Jesús, dame tu Santo Espíritu para que te ame y te alabe, para que te glorifique y sea tu esclava con las cual Tú haces según tu voluntad. Amén.  
                                                                     Retiro 1842

38.  Igual que en la creación, deberíamos estar siempre en completo acuerdo con el querer divino. Nos debe ser indiferente la salud o la enfermedad, el honor o la humillación, la vida o la muerte. Me dirán que pueden hacer mucho más si están sanas. ¿Qué están realizando? El mundo y todo lo que contiene, seguirá alegremente adelante sin nosotras. Si Uds. cortan una hebra aquí o remiendan una rotura, toman tierra de un sitio para ponerla en otro más allá, trabajan mucho con palabras difíciles y algunos conocimientos para meterlos en la cabeza de los niños; la luz divina ilumina más en un solo momento, que todos sus discursos. Dios no te necesita, puede hacerlo todo sin ti. Una obra comenzada no quedará incompleta porque tú mueras, si Dios quiere continuarla. ¡Qué solas estamos en este mundo! Morir es una ganancia, si Dios prefiere la muerte a la vida para nosotras. Señor, dame una perfecta conformidad con tu Voluntad.                                                        Retiro 1851

39.  ¡Oh Jesús, enséñanos a  reconocer siempre, a comprender y amar tu Espíritu- a seguirlo adondequiera nos conduzca, a costa de todos los sacrificios que exija!         Retiro 1855

40. Señor, enséñame el discernimiento de los espíritus, para usarlo no sólo en mí misma sino también respecto a los demás; esto es tan necesario para mí. Señor, Tú eres fiel, ¡ayúdame! Guíame de la mano en todas las circunstancias de la vida. ¡Te sigo; arréglalo todo para mi! ¡Sé mi luz!              Retiro 1853


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