miércoles, 8 de julio de 2009

Celibato- Virginidad


El celibato por amor a Cristo, y por imitarlo, lo experimentaba Pablo como un bien tan grande para sí mismo, que él se lo deseaba y recomendaba a todo el que fuera capaz de entenderlo y practicarlo: “Sed imitadores míos como yo lo soy de Cristo” (1ª Corintios 11, 1)
Estos son los fundamentos cristianos del celibato sacerdotal y de la virginidad consagrada en la Iglesia católica.Ellos han sido revelados por Dios y siguen siendo suscitados por el Espíritu Santo en los fieles que Dios elige para marcarlos con este carisma. Los que reciben este carisma entienden lo que practican y saben de su existencia por experiencia propia, porque lo practican. Es decir, experimentan en sí mismos, que Dios les hace posible lo que saben también que sería imposible por sus solas fuerzas.
La Virginidad consagrada en la Iglesia Católica, es un signo de la Victoria de Cristo sobre la impureza y el pecado. Es como una bandera, destinada a animar a los que luchan con la concupiscencia, en los ejércitos de la pureza de corazón.
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[Nota: He escrito un libro sobre la Vida Religiosa y los tres votos en la Iglesia católica, que se llama así: "Signos de Su Victoria" prologado por el actual arzobispo de Buenos Aires Jorge Mario Cardenal Bergoglio (Ediciones Diego de Torres, San Miguel, Buenos Aires 1982). Puede consultarse en Internet: http://www.horaciobojorge.org/ o en http://ar.geocities.com/horaciobojorge/religiosos.html ]----------------
El hecho de que muchos no lo entiendan, porque no se sienten capaces, o no creen posible guardarlo, no invalida la revelación divina, la palabra de Jesucristo ni la obra del Espíritu Santo, que deberían admirar como tanto más milagrosa cuanto más imposible y contranatural les resulta.
Que haya también en este aspecto- como en tantos otros de la vida humana y cristiana -, claudicaciones, ficciones hipócritas, religiosos, religiosas, sacerdotes y hasta obispos indignos, en una palabra miseria y pecado, no invalida ni la revelación, ni la acción divina donde ella está, visible o invisible, aceptada o no.El celibato por el Reino de los Cielos y la virginidad consagrada son sellos que pone el Espíritu Santo en la carne de la Iglesia católica, Esposa de Cristo, como dones divinos con que el Esposo enjoya a su Esposa, y sólo a ella.Pero… son también un test proyectivo en el que se proyecta el estado espiritual e interior de muchos que dan por imposible lo que ellos no pueden, o por equivocado lo que ellos no entienden.La realidad es más amplia de lo que nos entra en la cabeza… ¡por suerte!

(Padre Horacio Bojorge.SJ)

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