Recurrimos a Vos en nuestra tribulación, bienaventurado San José, y después de haber implorado el socorro de vuestra santísima Esposa, solicitamos también confiadamente vuestro patrocinio. Por el afecto que os unió con la Inmaculada Virgen, Madre de Dios y por el paternal amor con que tratasteis al Niño Jesús os suplicamos que nos ayudéis a entrar en posesión de la herencia que Jesucristo nos legó con su sangre y que nos asistáis con vuestro poder y nos socorráis en nuestras necesidades. Proteged, ¡Oh prudentísimo custodio de la Sagrada Familia! la raza elegida de Jesucristo; preservadnos amantísimo padre de toda mancha y corrupción; sednos propicio y asistidnos desde el cielo, muy poderoso libertador, en nuestras luchas con el poder de las tinieblas, y como en otro tiempo librasteis al Niño Jesús del peligro de la muerte, defended hoy a la Santa Iglesia de Dios de las emboscadas de enemigo y de toda adversidad. Concedednos vuestra perpetua protección a fin de que sostenidos por vuestro ejemplo y auxilio podamos vivir santamente, morir cristianamente y alcanzar la eterna bienaventuranza del cielo. Amén
Escuchando la voz de Jesús, dejándolo todo , lo siguieron. Lc 5,11
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